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No más excusas
Las buenas campañas se logran con una impecable planificación, con objetivos claros, con un buen técnico a cargo y, por sobre todas las cosas, con buenos jugadores.
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20 de nov de 2025, 03:01 a. m.
Actualizado el 20 de nov de 2025, 03:01 a. m.
Deportivo Cali terminó un 2025 para el olvido. Con la eliminación anticipada en el campeonato local, el equipo verde completó dos años sin entrar a los cuadrangulares, una dolorosa situación que aqueja a los hinchas, que en el último tiempo han estado muy por encima de lo que el club les ha estado ofreciendo en el campo.
La gran diferencia con respecto a años anteriores, es que en esta oportunidad la conversión a Sociedad Anónima y la llegada al equipo del grupo inversor IDC pone sobre la mesa una cercana esperanza de que la crisis deportiva está a punto de terminar.
Por la dura situación económica, en las últimas temporadas el Cali se dedicó a armar nóminas con jugadores lesionados, que llevaban meses sin competir y que llegaron a tratar de recuperarse. Eso explica, en gran medida, que el equipo no haya podido cumplir los objetivos deportivos mínimos. Por eso mismo, la gran responsabilidad de la nueva junta será por fin armar una plantilla competitiva, con futbolistas que vengan listos para medírsele al desafío de levantar a este gigante dormido.
Las buenas campañas se logran con una impecable planificación, con objetivos claros, con un buen técnico a cargo y, por sobre todas las cosas, con buenos jugadores. Basta ya de hacerles contratos a aquellos futbolistas que piden permiso para recuperarse de una lesión en Pance, o a quienes en algún momento vistieron con éxito la camiseta, pero que ya no tienen presente deportivo.
Este 2026 tiene que ser el año de las contrataciones con criterio. Tampoco se trata de cantidad, la cuestión es de calidad: un arquero que brinde garantías totales, un volante de primera línea que pese de verdad en la mitad del campo, uno o dos extremos punzantes y un goleador. Todavía no termina el año y el tiempo está a favor para pensar desde ya en tener un equipo competitivo que, al menos, vuelva a estar en el grupo de los ocho mejores.
La presión no solo estará sobre quienes empezarán a tomar las decisiones administrativas, sino también sobre Alberto Gamero, un técnico que no tiene que probarle a nadie que es bueno, porque lo es, pero que nos quedó debiendo mucho en este 2025, amén de que le tocó dirigir una nómina muy limitada y con poca calidad.
Ahora, con la acumulación de trabajo y las nuevas piezas que de seguro le llegarán, el ‘sonero’ está en la obligación de darle un giro positivo a este barco a la deriva. La temporada empezará con el descenso asomándose, así que no habrá tiempo para reponerse a otra mala campaña.
La hinchada del Cali, que ha respondido con creces asistiendo a Palmaseca, merece por fin volver a sonreír después de tanta oscuridad. Por eso, el mensaje para los inversores, el técnico y los jugadores es bastante claro: no más excusas.

Periodista apasionado por los deportes, los goles, la literatura y la redacción digital. Vinculado a mi casa, El País, desde el 2013.
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