Motivos de optimismo
Se acaba por fin el 2020. El mundo está agotado y desanimado tras muchos meses dolorosos, extraños, solitarios y grises.
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18 de dic de 2020, 11:40 p. m.
Actualizado el 24 de may de 2023, 12:46 a. m.
Se acaba por fin el 2020. El mundo está agotado y desanimado tras muchos meses dolorosos, extraños, solitarios y grises. La crisis económica llegó a todos los rincones del mundo, dejando especialmente vulnerables a los países emergentes, las empresas medianas y pequeñas, y a las poblaciones más necesitadas. El virus atacó al mundo entero pero golpeó más a los que ya estaban frágiles. Sin embargo, a pesar del dolor, hay motivos de optimismo, y tendencias alentadoras. Así que en medio del pesimismo, es necesario subrayar las buenas noticias del mundo.
Lo más importante: la primera vacuna llegó este fin de año cargada de promesas, temores y líos logísticos. Pero representa un rayo de optimismo, aparte de ser una proeza científica sin precedentes. El apoyo de los gobiernos, la coordinación de entidades multinacionales, la cooperación entre médicos y científicos, y el estímulo de la competencia mundial, son ejemplos de cómo un esfuerzo colectivo genera resultados insospechados. Vendrán otras versiones y el principio del fin del miedo.
Otra luz: en Estados Unidos la transición presidencial está en marcha.
Después de semanas de tensión, acusaciones de fraude, conteos y reconteos e innecesarios pleitos legales, Joe Biden empaca maletas rumbo a la Casa Blanca y recibe apoyo de casi toda la comunidad internacional. Su llegada promete reestablecer la cordura frente al virus, y dará un enfoque multilateral a la política mundial. Su equipo de trabajo pinta bien, moderado y con experiencia, diverso en género, raza, origen y trayectoria. La mayoría de los países del mundo han soltado un respiro de alivio.
Un efecto insospechado: aún en medio de una ola de neoproteccionismo global, salpicada de sanciones, aranceles y amenazas de cerrar mercados, la globalización está viva y coleando. Recientemente se firmó el acuerdo comercial más grande del mundo, el Rcep, impulsado por Indonesia y conformado por dieciséis países de Asia pacífico, incluido China. El antiguo Nafta, acuerdo entre Canadá, EE.UU., y México entró en vigor con nuevo nombre y altas expectativas. El TPP, acuerdo transpacífico ha tomado impulso. Serán motores de crecimiento y desarrollo, especialmente al incluir en sus textos unas reglas de juego justas en materia ambiental, laboral y de derechos humanos.
Nuevos jugadores: en el mundo entero el sector privado ha dado ejemplo de transformación, compromiso con el medio ambiente y con el bienestar de la comunidad donde opera. Las empresas han entendido que gobiernos frágiles no resuelven problemas, que es necesario abrir mercados nuevos, ser motor de innovación e inclusión, y jugar un papel protagónico en el bienestar social. Llegó el momento de la diplomacia corporativa. Las alianzas entre empresas, los apoyos al gobierno y la implementación de programas de sostenibilidad apuntan a un nuevo rol privado en las relaciones internacionales.
Un catalizador: el uso de la tecnología como vehículo de progreso social es notable en la solución de grandes trabas, como la reconstrucción de cadenas de abastecimiento, o reshoring a través de empresas de innovación como Blockchain, y la búsqueda de eficiencias en distribución de vacunas a través de plataformas nuevas de logística y de uso de datos.
En atención de desastres, respuesta rápida a emergencias, comercio local y global, los avances tecnológicos aceleran el progreso.
Conciencia ambiental: la emergencia climática, lejos de pasar al olvido durante los meses de Covid-19, ha estado en el centro del debate. El avance de energías renovables, la preocupación por el Amazonas, y el calentamiento del ártico, no solo son temas para ONG especializadas, sino que están de primera prioridad en discusiones de alto nivel, incluyendo Acuerdo de París sobre el clima, y también hacen parte clave en las reuniones mundiales como el G-20 y las Naciones Unidas.
La oportunidad: aun en medio de la triple emergencia de salud, economía y social que enfrenta el mundo, hay buenas razones para el optimismo, y múltiples oportunidades dentro de la crisis para impulsar el crecimiento, las buenas prácticas, la inclusión y la igualdad.
Sigue en Twitter @Muni_Jensen

Caleña. Graduada del Colegio Bolívar. Politóloga de Trinity College con Maestría en Estudios Latinoamericanos de Georgetown. Analista política y asesora para América Latina de Albright Stonebridge Group. Trabajó en Proexport en Bogotá y en la Cámara de Comercio de Cali. Fue subdirectora de la Oficina Comercial de Washington y jefe de prensa de la Embajada de Colombia en Washington.
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