La nueva normalidad

Enero 27, 2023 - 11:40 p. m. 2023-01-27 Por: Muni Jensen

Es difícil ser optimista cuando el mundo está al revés, la economía global está lenta y volátil, hay guerra en Ucrania y protestas en Perú, cuando la política está cada vez más inestable y los extremos más marcados. Cuando el costo de vida ahorca poblaciones y la inseguridad aumenta y las empresas, gobiernos y consumidores están montados en una montaña rusa.

Las crisis actuales están interconectadas, y parecen una enorme nube que abarca el mundo entero. La palabra de moda es ‘policrisis’, que abarca la polarización política, los estragos del covid, la caída de los mercados, la desaceleración china, las amenazas rusas, el desgobierno en América Latina y la inequidad en África. Incluye la fractura de las instituciones, la corrupción y la destrucción del planeta. Todo eso es cierto. Pero el panorama a mediano plazo no es tan oscuro como parece, para los que elevan la mirada y se adaptan al contexto actual.

El mundo está regresando a una cierta normalidad después de tres años de locura pandémica. Las bares, almacenes, y las oficinas están repletas, los foros y las cumbres son en persona, y los aviones colmados de viajeros que desafían el bolsillo y el contagio para pasear. Los pasajeros, comensales y trabajadores no somos las mismas personas que éramos en 2019. Hemos perdido amigos y sentido miedo, usamos menos tacones y casi nunca corbatas, nos hemos acostumbrado a trabajar con el perro al lado, con los niños cerca, con la cafetera prendida.

Durante la pandemia aprendimos a meditar, pintar, chapucear otro idioma, a cocinar. En el 2022 salimos del encierro transformados, agotados, cuidadosos, más introspectivos. Regresamos al trabajo con ilusión y pereza, a las fiestas sin saber si saludar de beso o de lejos. Tratamos de viajar donde fuera, en aerolíneas medio quebradas. Visitamos amigos y trabajamos más desde otros escritorios.

Encontramos que somos más eficientes cuando las reuniones virtuales empiezan a tiempo sin disculpas de tráfico y sin charla, pero también buscamos momentos para socializar con colegas, porque aprendimos a apreciar una risa, una amistad, una conversación profunda, un abrazo, la risa que a veces brota mientras se arma un plan de trabajo. Las fiestas grandes nos dan cansancio y algunos amigos cambiaron para siempre. Los jóvenes decidieron que no quieren un trabajo de tiempo completo y se enfocan en ‘experiencias’, transformando el mundo laboral y mercado de consumo.

La flexibilidad se volvió un reto para los jefes al descubrir que las reglas de juego evolucionan hacia un sistema que tenga en cuenta el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. La sostenibilidad dejó de ser una palabra más para convertirse en una obligación moral y de mercado para los gobiernos y para las compañías. Los llamados a la tolerancia y la inclusión se empiezan a garantizar con leyes y activísimo constructivo.

Le cogimos desconfianza a las redes y hoy protegemos nuestra privacidad. La calidad de lo que leemos ha mejorado un poco; ya sabemos colar la basura y las noticias falsas. Nos alejamos de los grupos de WhatsApp que generan polémica y peleas estúpidas, y armamos redes para aprender, reir y compartir. Ante cada reto, crisis, y riesgo, intentamos pensar más, intentar menos atajos, entender el entorno global para tomar decisiones.

La guerra de Putin permanece y la ruptura social de Perú no parece ceder. Estados Unidos todavía vive una crisis existencial y en Europa nadie se pone de acuerdo. Cada día hay más pobreza. Mandan los extremistas y los ineptos y todo está muy caro. Estamos frente a economías lentas y los estragos del fenómeno de El Niño. La burbuja de cripto se estalló y el boom inmobiliario también. Los mercados no prometen y el crecimiento global está lento. Pero hay esperanza en una comunidad global que, después de un trastorno incalculable, amaneció más sabia, más analítica, más sensible, más interconectada. Hay señas reales que apuntan a un mundo de innovación, más verde, con mayor empatía y curiosidad y mejores prácticas de salud, de convivencia y respeto al planeta y al vecino.

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