El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Biden en grande

Biden resultó más arriesgado de lo que se creía. La crisis del Covid, los cuatro años divisivos de Trump, los estallidos sociales de los últimos tiempos, las crecientes heridas raciales, y especialmente la preocupante desigualdad de Estados Unidos

26 de marzo de 2021 Por: Muni Jensen

Joe Biden tuvo esta semana su primera y muy esperada conferencia de prensa desde la Casa Blanca, más de dos meses después de su posesión. En sus respuestas no improvisó nada, y su tono fue directo; respondió con datos las preguntas difíciles y mantuvo la calma y la coherencia.
Aunque algunos extrañaron el formato improvisado de Trump, su estilo peleón y sus divagaciones, para gran parte del público, incluyendo a la prensa simpatizante, fue un respiro de normalidad. Aparte del evidente cambio de tono, y el apego a las reglas y formalidades, la gran sorpresa de Biden fue el alcance y la ambición de sus planteamientos. Los que pensaban que el casi octogenario político sería tímido y cuidadoso, se llevaron una sopresa. Biden va con toda, y sus reformas serán grandes y transformadoras.

Desde el primer día estableció su poder al firmar docenas de decretos que desmontaron la columna vertebral del trumpismo. Nombró un gabinete de pesos pesados, especialmente en política exterior. En pocas semanas le mostró los dientes a Corea del Norte y las uñas a Rusia. Regresó con fuerza a la comunidad internacional, y creó un bloque con Japón, India y Australia como contrapeso a China. Su discurso diplomático incluye dientes y sanciones.

En casa, selló su credibilidad al doblar la velocidad de vacunación en sus primeros cien días. En tiempo récord, logró también que un Congreso dividido aprobara su gigantesco plan de rescate económico para mitigar los efectos del covid, incluyendo la distribución de cheques de apoyo para millones de americanos. El alcance de su plan de infraestructura, a punto de lanzarse, superaría en ambición e impacto a todos sus antecesores, quizás desde Franklin Delano Roosevelt. En el campo energético y ambiental sus propuestas son transformadoras, y representan gastos públicos poco usuales en un país devoto a los gobiernos pequeños. En su plan de salud ha ido más lejos que Obama, que en comparación empieza a parecer moderado.

Su piedra en el zapato será el incendio humanitario en la frontera sur, donde 17 mil niños permanecen detenidos, y miles intentan llegar a EE.UU. asumiendo que la llegada de un “buen tipo” a la presidencia aliviará el cruce. No será fácil para Biden este flanco.

Biden resultó más arriesgado de lo que se creía. La crisis del Covid, los cuatro años divisivos de Trump, los estallidos sociales de los últimos tiempos, las crecientes heridas raciales, y especialmente la preocupante desigualdad de Estados Unidos obligan una nueva mirada al sistema americano. No se trata de izquierda o derecha, sino de transformar la manera como se gobierna un país fracturado, con sus flaquezas a la vista.
La tradición de los impuestos bajos, poco gasto público y la dependencia en los mercados libres parece transformarse con Biden en un modelo político y económico de reformas fundamentales enfocadas en la clase media, fondos para la educación y la tecnología, respaldo a la sostenibilidad y apoyo a las minorías y a los desempleados.

No la tiene fácil Biden, y él lo sabe bien. Los cambios que promete deben pasar no solo por un Senado republicano, sino por los bolsillos de los más ricos y de las grandes corporaciones. Le esperan bloqueos y oposición, derrotas y críticas y varios fracasos. El Partido Republicano y el trumpismo están vivos. Pero Biden es un experimentado parlamentario conocedor de los tira y aflojes con el Congreso. A pesar de sus tropiezos verbales, sus incoherencias varias al hablar sin teleprompter y su avanzada edad, sabe tomar decisiones difíciles e impopulares. Busca cambiar el rumbo de la política americana, no con oratoria cautivante, sino con terca determinación. Parecía moderado, débil y vacilante, pero ha resultado decidido y temerario y político de pura cepa. También sabe dar titulares: anunció en su primera rueda de prensa sus intenciones de lanzarse para un segundo mandato, y con eso apagó los planes de varios demócratas dejó clara desde el principio su intención de dejar un legado.
Sigue en Twitter @Muni_Jensen