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Francisco José Lloreda Mera

Columnistas

Momentos decisivos

No imaginó que el objetivo militar era Pearl Harbor. Ni Japón, que la reacción americana sería entrar a la Guerra y acelerar el invento de la bomba atómica.

28 de abril de 2024 Por: Francisco José Lloreda Mera

1. La misteriosa retirada de los griegos, luego de nueve años de lucha, los llevó a salir de la muralla en busca de una explicación. Fue cuando encontraron al enorme caballo. Le suplicaron no ingresarlo a la ciudad; le recordaron profecías y propusieron abrir las entrañas de la gigante estructura de madera, quemarlo. El Rey Príamo, miedoso y dubitativo, se inclinó por creer era un regalo de los dioses: ordenó su entrada a Troya.

2. Confiando se trataba del enviado de un príncipe de tierras lejanas, y deslumbrado por su vestimenta, lo recibió con honores. El ejército de Moctezuma era inmensamente superior y estaba atento a la orden de arrasar con los españoles. La orden nunca llegó. Hernán Cortés, valiéndose del engaño, secuestró al Emperador; meses después este moriría, al parecer, apedreado por su gente, al considerarlo traidor. Fue el inicio del fin del Imperio Azteca.

3. La orden era buscar a los prusianos mientras él combatía a los ingleses. Cuando los oficiales pidieron al mariscal un cambio de plan e ir donde retumbaban los cañones, no lo hizo. Napoleón se quedaría esperando. Mientras tanto, llegaron los prusianos a reforzar al ejército de Wellington. Waterloo era la batalla decisiva y la perdió. Un instante de falta agudeza, intuición, valor y decisión, cambiaría la historia de Europa.

4. Hitler consideraba injusto el Tratado de Versalles que dio fin a la 1ª Guerra Mundial; quería recuperar los territorios perdidos. En la lista seguía Checoslovaquia. El Primer Ministro inglés, Chamberlain, consintió cederle las regiones con población de mayoría alemana. El líder Nazi prometió no pretender más países de Europa. Seis meses después invadiría la República Checa y Polonia. El costo de la debilidad y subestimar al enemigo.

5. El ansia expansionista de Japón en busca de recursos era ilimitada; estaba en guerra con China. Cuando invadió Manchuria e Indonesia, Estados Unidos movilizó una flota de barcos a Hawái para defender sus bases en Filipinas. No imaginó que el objetivo militar era Pearl Harbor. Ni Japón, que la reacción americana sería entrar a la Guerra y acelerar el invento de la bomba atómica. Cuatro años después, caería sobre Hiroshima.

6. Aún no estaba afianzado en el poder; era vulnerable a una acción contrainsurgente. De Guatemala y Honduras salieron cerca de 1.400 mercenarios. Atacarían por la Bahía de Cochinos, al sur de la Isla. Pero era un secreto a voces, y los esperaban. El Presidente Kennedy, pusilánime, suspendió el ataque aéreo. Fidel Castro, triunfante, se asoció a la Unión Soviética, vendría la Crisis de los Misiles, y la expansión guerrillera en la región.

7. El primer error fue otorgarle libertad tras el intento de golpe de Estado; el segundo, el fallido golpe de Estado en su contra; el tercero, creer defendería la democracia y la economía de mercado; el cuarto, la dificultad de la oposición de organizarse; el quinto; la claudicación de muchos empresarios, y la condescendencia internacional. Veinticinco años después, Venezuela es una dictadura socialista. Faltó firmeza, cuando tocaba.

Siete momentos decisivos de muchos que podrían citarse en los que la ingenuidad y carencia de malicia, el exceso de confianza en quien no debe confiarse, el subestimar al contrario, la indecisión paralizante y ausencia de valor, condujo a gobernantes, pueblos y naciones a equivocar el camino con efectos devastadores. La historia de la humanidad se cimienta en instantes: en decisiones puntuales que terminan siendo determinantes.

Colombia está en uno de esos momentos, y la indiferencia y el error no son una opción.

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