Miedo

Lo decía el presidente Petro la semana pasada en su cuenta de X: “Están asustados”.

¿Qué colombiano vive sin miedo?

Si no es Petro, alguno de los muchos expresidentes que tenemos anuncia diariamente emergencias económicas, sociales, estallidos de violencia, crisis migratorias, rupturas institucionales, inversiones forzosas, reformas a la brava, golpes de Estado, pandemias y catástrofes humanitarias.

Y el ciudadano no sabe qué hacer: si salir corriendo al supermercado y hacer una ‘remesa de emergencia’ para varios meses acaparando todo el papel higiénico al estilo de la cuarentena por covid-19 o sentarse a rezar, a llorar y esperar a que la Divina Providencia o la suerte decidan su destino.

Que ya no hay inversión, que cerraron otra empresa, que ya vienen los chinos, que los rusos están a las puertas, que los venezolanos llegan en masa, que ya no más carbón para Israel, que seguimos nosotros, que Olmedo va a hablar, que Schneider también, que Petro ya dijo que Uribe, que Duque convocó, que Pastrana denunció, que Santos hizo un llamado, que Samper advirtió, que Gaviria auguró; nadie aguanta más miedo ni más amenazas.

“Usted, que es periodista, dígame si esto es verdad”, me escriben. Y me envían videos y audios: que se va a disparar el predial, que quitan la mesada 13, que se la van a dar a la primera línea, que el Eln se queda con 20 curules en la constituyente petrista, que la policía va a dar golpe de Estado a favor del gobierno, que Falcao viene para Millonarios entre muchas otras calamidades.

Nada resulta ser cierto, este país se mueve entre el rumor y las verdades a medias. Colombia vive en el cuento de García Márquez, “Algo muy grave va a suceder en este pueblo”, en el que nadie sabe qué va a pasar, pero se corre el rumor de que será algo muy grave y al final todos deciden irse, no sin antes quemar el pueblo, y la persona que comenzó el cuento dice: “Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca”.

La experiencia me dice que no va a pasar nada, porque aquí no pasa nada, y que pasarán muchas cosas, porque aquí pasa de todo: serán dos años más de amenazas, de trinos, de ‘pronunciamientos’, debates, anuncios, escándalos, tiros al aire, muertos, advertencias, peleas y mucho miedo, pero reformas no habrá, ni golpes de Estado, ni rupturas constitucionales, ni reelecciones, ni ejecución pública, ni grandes obras, ni paz total. Fin.