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Marco Fidel Chávez

Chávez estuvo en el grupo de poetas e intelectuales caleños que llevaron a Neruda hasta Juanchito para que se recreara en las ondas del río al amanecer y alzara una copa de licor nativo.

4 de noviembre de 2020 Por: Vicky Perea García

“Buscando mis amores, Iré por esos montes y riberas: Ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras. ¡Oh bosques y espesuras plantadas por la mano del amado!”, decía San Juan de la Cruz en su Cántico Espiritual, el mismo que ha acompañado al poeta Marco Fidel Chávez en su ya casi centenaria vida.

“Queremos que el 24 de noviembre de cada año, sea declarado en Colombia ‘Día de la Poesía’, y que esté consagrado a San Juan de la Cruz, el más grande poeta en lengua castellana”, dice Marco Fidel, el intelectual y vate caucano que honrara las aulas del Instituto Popular de Cultura por espacio de 20 años con su cátedra de Historia del Arte.

Aunque nació en Puerto Tejada, el poeta vive en Cali desde los diez años de edad. Ha sido testigo del devenir cultural de la ciudad en casi una centuria, y es una de las voces más autorizadas de la literatura regional.

Le correspondió una Cali pequeña, solariega, con pocos barrios y un acendrado gusto por todas las expresiones de la cultura. En el Hotel Alférez Real conoció a los poetas León Felipe, Pablo Neruda, Baltazar Miró y al prosista español, Premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela, quien visitó el Instituto Popular de Cultura en julio de 1953. “Por petición de la Presidencia de la República, fui el chaperón de Cela en la ciudad. El director del IPC entonces era Luis Manrique Silva, mi amigo.

Le ofrecí a Manrique hacerle un homenaje cultural en el Instituto, que entonces quedaba en la calle novena, con carreras tercera y cuarta, en el centro. Todo Cali se volcó ahí. En Cali, siempre después de cualquier acto cultural, íbamos donde Calandria, un músico popular que fungía como andaluz, tocaba la guitarra, era amable, y hasta se olvidaba a veces de cobrar. Llevamos a Cela a este lugar y estaba emocionado, porque lo recibieron con canciones. Era el año de 1953. Él era ya una figura cimera de las letras españolas; había publicado ‘La Colmena’, ‘Pascual Duarte’, y su ‘Viaje a Alcarria’; quedó impresionado con la ciudad, pues damas galantes le enviaron ramos de rosas al hotel”, recuerda.

Marco Fidel Chávez, es abogado del Externado de Colombia; fue discípulo de profesores a los que se les llamó ‘La Corte de Oro’, entre quienes figuró el presidente Darío Echandía. En Bogotá hizo amistad con quien era considerado entonces la voz mayor de la poesía afroamericana en Colombia: Jorge Artel. “Eduardo Santos, propietario de El Tiempo, protegió bastante al poeta caribeño. Le compraba sus poemas para publicarlos en el Magazín Dominical. En una ocasión llegamos a un sitio y pedimos aguardiente; bebimos largamente aquel licor que tenía un especial buqué. Al final nos enteramos que era ginebra. Claro, la cuenta era enorme, y Artel dijo que pagaría a precio de aguardiente. Llamaron a la comisaría y quedamos detenidos ahí, hasta que el poeta llamó a su amigo el coronel Willy Holman, quien era entonces el comandante de la Policía colombiana. Él vino y nos sacó del embrollo”.

Chávez estuvo en el grupo de poetas e intelectuales caleños que llevaron a Neruda hasta Juanchito para que se recreara en las ondas del río al amanecer y alzara una copa de licor nativo. “Estábamos ahí y de pronto se armó una gresca entre dos hombres, quizá por alguna mujer. Eran unos negros altos, fuertes; de pronto uno de ellos sacó un puño y lo privó sobre las mesas. Al llegar a Colombia, Neruda había sido saludado con el poema de Jorge Rojas, allá por 1942: Esta es Colombia, Pablo, con su espuma y su piedra, tendida dulcemente sobre el hombro de América...
Tiempo después Neruda escribió un poema donde decía: “Duro como un puño colombiano…”. Eso salió de Juanchito.

Con respecto a su propuesta de crear en Colombia el ‘Día de la Poesía’, dice: “La poesía en Colombia ha sido supremamente importante, y creo que desde que trataron de silenciarla en los 50, empezó el proceso de la gran violencia. Antes de esos tiempos existía toda una manera de sentir en Colombia”.

Sigue en Twitter @cabomarzo

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