La amenaza rusa
Las naves de la compañía rusa Aeroflot permanecen hoy en tierra, pues no pueden cruzar el cielo de ninguna nación occidental, con la excepción de México, Cuba, Nicaragua, Venezuela y Brasil, naciones que se han mostrado amistosas y empáticas con él desangre de Ucrania.
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2 de mar de 2022, 11:50 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:32 p. m.
La puesta en escena de una posible guerra nuclear ‘sectorizada’ por parte del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, debe ser tomada en serio por Occidente y particularmente por Estados Unidos.
Sin disparar un solo tiro, Europa y Estados Unidos lanzaron un ataque demoledor a Rusia después de su invasión a Ucrania. Biden lo advirtió; la nación de Putin se convertiría en un ‘paria’ internacional y ello fue lo que ocurrió al quinto día del ataque a Ucrania. El banco central ruso y demás entidades financieras de esta nación, no pueden hacer ningún tipo de transacción internacional, pues fueron desconectados del sistema ‘Swift’.
Las naves de la compañía rusa Aeroflot permanecen hoy en tierra, pues no pueden cruzar el cielo de ninguna nación occidental, con la excepción de México, Cuba, Nicaragua, Venezuela y Brasil, naciones que se han mostrado amistosas y empáticas con él desangre de Ucrania.
Rusia se ve abocada, pues, a vender sus recursos por el sistema de trueque, como en la antigüedad; gas, petróleo, oro y cereales, al mejor postor y a cambio de otros productos, pues el rublo se derrumbó y no existe ninguna opción de comprar o vender en euros o dólares, los mismos que acumulados como están en el fondo de los últimos tiempos, no resistirían más de dos años, con el gasto que implica mantener una guerra de alta confrontación.
Y la amenaza para Colombia no es menor; el armamento con el que cuenta hoy Venezuela -en parte ya obsoleto y falto de mantenimiento- representa de todos modos un peligro para nuestro país. En los últimos años, Venezuela ha enfrentado la caída de por lo menos 82 naves, tripuladas por pilotos inexpertos y encerradas por mucho tiempo en hangares que dispuso a Chávez para guardar equipo militar adquirido por sumas multimillonarias.
Solo en 2019 llegó una misión rusa a Caracas con el propósito de supervisar esos equipos compuestos por aviones caza Su-30Mk2, tanques y otras unidades artilladas, además del S-300, un sistema móvil de defensa antiaérea. Chávez compró para sus fuerzas armadas miles de fusiles Kalashnikov, el arma de asalto más mortífera del mundo, y ofreció a Putin la posibilidad de abrir una fábrica filial en Maracay.
Solo en 2011, Chávez llevaba ya una compra de 11.000 millones de dólares a la industria militar rusa, adquisiciones que se hicieron en cinco años desde el fondo petrolero, por esos días boyante. Este dato lo suministró entonces la corporación estatal rusa para la exportación de armamento, Rosoboronexport, a través de su representante en América Latina, Serguéi Ladiguin.
Muchos olvidan que Chávez visitó Ucrania en 2010 y fue en ese momento cuando decidió comprar el sistema de misiles S-300, los mismos que Rusia se había negado a suministrar a Irán, por las sanciones que impuso el Consejo de Seguridad de la ONU.
Rusia, además, otorgó un crédito de 2200 millones de dólares a Caracas, para la compra de carros de combate y lanzaderas múltiples Smerch.
Así las cosas, con la soberbia militar que exhibe Rusia en estos días y su ascendiente en la mentalidad de los chafarotes como Maduro, Díaz-Canel y Ortega, no se descarta en el futuro una invasión a Colombia, alimentada y patrocinada por el comunismo internacional que ve en nuestra patria, desde hace mucho tiempo, el lugar indicado para robustecer sus arcas desde el narcotráfico disfrazado de guerrillerismo.
Este es el momento pues para parar en seco a Putin y sus secuaces internacionales; de no ser así, los rusos irán luego por Polonia, Suecia, Noruega y Dinamarca, y en América por nuestra amada Colombia, la cual podemos defender hoy con patriotismo y valentía, algo que no es suficiente en una confrontación a gran escala. Nos faltan armas.
Venezuela quiere bronca a la mínima provocación. Ante el anuncio del presidente Duque de un cuerpo élite para la seguridad en la frontera, Maduro acaba de decir a sus tropas que ‘limpien sus fusiles’. Así están las cosas con este socio de Petro.
Sigue en Twitter @cabomarzo

Medardo Arias Satizábal, periodista, novelista, poeta. En 1982 recibió el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en la categoría Mejor Investigación. En tres ocasiones fue honrado con el Premio Alfonso Bonilla Aragón de la Alcaldía de Cali. Es Premio Nacional de Poesía de la Universidad de Antioquia, 1987, y en 2017 recibió el Premio Internacional de Literaturas Africanas en Madrid, España.
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