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Assange

Muchos de los secretos que reveló acerca de la actividad diplomática y de espionaje, son más graves de los que llevaron a la renuncia de Richard Nixon un 9 de agosto de 1974.

24 de agosto de 2022 Por: Medardo Arias Satizábal

Mientras Europa se prepara para su peor recesión en 30 años, producto de la guerra de Rusia en Ucrania, y Estados Unidos prepara un paquete de más de US$450 mil millones para redimir en parte a las familias afectadas por la inflación, Julián Assange, el protagonista del escándalo de Wikileaks, alista maletas para su extradición a Estados Unidos.

Muchos de los secretos que reveló acerca de la actividad diplomática y de espionaje, son más graves de los que llevaron a la renuncia de Richard Nixon un 9 de agosto de 1974.

Pero este ‘Wikigate’ parece no conmover a nadie, acostumbrado como está el mundo al juego sucio, a unas reglas de las que hace mucho desapareció la honestidad, el respeto, el decoro y el pudor, valores que son vistos hoy como antiguallas cuando se trata de vigilar de cerca a potenciales enemigos de un gobierno.

El exvicepresidente colombiano Francisco Santos hizo una declaración muy seria: dijo que podía jurar sobre la Biblia que el presidente Uribe jamás ordenó intervenir teléfonos. La pregunta entonces es clara: quién lo ordenó y por qué motivos, pues es real que esto se dio en Colombia.
Una oreja grande estuvo atenta a conversaciones privadas de políticos y periodistas. Pero, ante lo revelado por ‘Wikileaks’, el caso colombiano parece venial.

En el mundo globalizado de Internet han sido derribadas todas las barreras con respecto a la privacidad y los 'secretos' de Estado.

Le correspondió a Estados Unidos abrir una investigación criminal -como lo expresó el vocero de la Casa Blanca- pues es claro que Internet debe tener un límite. Nunca Estados Unidos se había enfrentado a la divulgación, pública, de documentos de guerra y delicadas manifestaciones gubernamentales con respecto a otras naciones.

El responsable de estos actos de “terrorismo informático”, Julián Assange, un físico australiano fundador del controvertido portal, se siente como un Llanero Solitario de la ética universal; mas, lo que hace, linda con el delito, según manifiesta el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Son 250.000 documentos abiertos, para los que se necesitarían varios años, en tiempo, para leerlos en su integridad.

En un mundo donde la corrupción es noticia diaria, las naciones parecen necesitar un portal como este, así como parece imprescindible el actuar de jueces amigos de la utopía que se proponen levantar en derechos y respeto los casos más complicados, contra viento y marea.

La corrupción tiene también su ‘statu quo’, y son muchos en el mundo los que consideran que es mejor dejar las cosas como están; no así el presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, quien anteayer, antes de la celebración del Día de Independencia de su país del yugo soviético, afirmó que está dispuesto a encabezar la recuperación de la península de Crimea; esto, después de exhibir en una céntrica avenida de Kiev, más de cincuenta tanques rusos hechos ruina por las tropas ucranianas.

El fundador de ‘Wikileaks’ es visto también, por millones, como un “loquito”, y su millonaria información no solo es imposible de leer de en su totalidad, sino que, por abundante y diversa, se queda en la metáfora del bosque que no deja ver los árboles.

No me alegra; soy también ciudadano estadounidense, y creo, tal vez con la inocencia de los ilusos, que el mundo debe volver al juego limpio.
Respetar el fuero y la independencia de otras naciones, sin intervenir de manera subrepticia en sus decisiones.

‘Wikileaks’ no llama a sorpresa. Confirma lo que el mundo ya sabe o intuye desde hace muchos años; que en el ajedrez de la política mundial, las potencias no arriesgan una sola movida.

Sigue en Twitter @cabomarzo

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