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Fernando Cepeda Ulloa

Opinión

Mario Laserna

Qué orgullo y qué satisfacción para la Universidad de los Andes y para toda su comunidad de profesores y funcionarios y, claro está, directivos, poder estudiar su vida y su multifacética obra como un ejemplo.

19 de agosto de 2023 Por: Fernando Cepeda Ulloa

El fundador de la Universidad de los Andes, hace 75 años, Mario Laserna es un dirigente irrepetible. No se compara con ninguno de su generación. Y no encuentra un par antes o después. Es muy afortunado que el Consejo Superior hubiera ordenado la realización de una biografía y que ella esté siendo ya casi totalmente elaborada por el historiador Luis Fernando Molina, profesor de la Facultad de Administración, quien forma parte de un grupo de investigadores sobre la historia empresarial, esfuerzo intelectual pionero dirigido por el profesor Carlos Dávila Ladrón de Guevara.

Quienes conocieron a Mario Laserna (muchos de ellos ya fallecidos) y quienes escucharon crónicas sobre él van a quedar muy sorprendidos cuando conozcan el texto de esta biografía, porque revela un Mario Laserna que no conocíamos. Qué gran contribución para la historia de la Universidad de los Andes. No existe otro fundador de una institución de educación superior en Colombia y América Latina que exhiba una trayectoria intelectual y de realizador como la suya. No me atrevo a decir lo mismo con respecto a otros continentes.

Qué orgullo y qué satisfacción para la Universidad de los Andes y para toda su comunidad de profesores y funcionarios y, claro está, directivos, poder estudiar su vida y su multifacética obra como un ejemplo. Es un paradigma. Y para Colombia, un ciudadano que apuntó siempre hacia el bien común, no solo en el campo de la educación superior, sino en el de otros sectores: el urbanismo, el rescate y respeto por los valores tradicionales de Colombia, la preservación del medio ambiente, en particular la Amazonía, el compromiso no con un caudillo, sino con un Estado fuerte que tuviera como su principal objetivo proporcionar los mínimos de bienestar que una sociedad justa y ordenada demandaba. Y muchos más. Y lo hacía desde su condición de ciudadano.

Fue empleado público, una vez, cuando la Consiliatura de la Universidad Nacional lo eligió Rector, durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo. Y en otras dos ocasiones, como Embajador en Francia, durante el gobierno de López Michelsen (1974- 78) y en Austria, durante el gobierno de Virgilio Barco (1986-90), dos presidentes liberales. Y Mario Laserna conservador. Cuando el M-19 se incorporó a la vida civil, aceptó formar parte de su lista de candidatos al Senado. Fue elegido por esa colectividad (1991-94), y de esa forma contribuyó a la legitimidad del acuerdo de paz suscrito por el Presidente Barco. Y cuando Rojas Pinilla clausuró periódicos nacionales, se jugó a fondo para sostener un periódico que fundó y denominó El Mercurio.

Un conservador en contravía del pensamiento predominante. Por supuesto, en lo referente a la educación superior, que buscó -exitosamente- modernizar al fundar la Universidad de Los Andes y con repercusiones en otras universidades. En contravía del pensamiento convencional sobre el papel del Estado, de la sociedad y de los ciudadanos. En 1961, la Editorial MITO publicó una colección de ensayos que tituló apropiadamente, Estado Fuerte o Caudillo. Tenía 33 años. Era una aproximación a la historia de Colombia desde la Filosofía Política. Es un libro sin pretensiones. Son sus reflexiones que no necesita sustentar en citas de autores extranjeros o nacionales. Su lectura hoy es relevante. Sus críticas a la clase dirigente, duras y pertinentes. Su obra filosófica requeriría un análisis más profundo. ¡Qué bueno recordarlo!

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