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Un Arzobispo en contravía

Ignoro si el prelado representa el sentir y el pensamiento de la Iglesia Católica a la cual le debe algo más que respeto, porque está tomándose la vocería de quienes son considerados los representantes de Dios en la tierra y no creo que mi Dios esté del lado de un dictador que no ha traído más que muertes, hambre, violencia y destrucción a una nación entera

4 de marzo de 2019 Por: Mario Fernando Prado

Mucho dudé en escribir esta columna porque como mis escasos lectores lo saben, tengo casada una ya vieja pelea con el arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve quien, lejos de contestar mis cuestionamientos o al menos pasarme al teléfono, le ordena a su asesor jurídico que me escriba amenazantes misivas con el propósito de amedrentarme, asustarme y acallarme.

Así me lo había propuesto hasta que llegó a mis manos una declaración suya en la que, refiriéndose al vergonzoso y oprobioso espectáculo de la frontera el antepasado fin de semana soltó la siguiente perla: “Fue un acto de hostigamiento apoyado en una supuesta acción humanitaria”.

De esto poco se supo en estos lares porque semejante aseveración la concedió para el periódico El Heraldo que se publica en Barranquilla y abarca con su circulación la Costa Caribe, el pasado 26 de febrero.

Manifestó además que “el fallido intento del gobierno y de la coalición que reconoce al líder de la oposición y presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, por llevar el pasado sábado ayuda humanitaria a Venezuela fue -repito- un acto de hostigamiento” y que “hay heridos y muertos y nada justifica que se hayan provocado estas situaciones”.

Ignoro si el prelado representa el sentir y el pensamiento de la Iglesia Católica a la cual le debe algo más que respeto, porque está tomándose la vocería de quienes son considerados los representantes de Dios en la tierra y no creo que mi Dios esté del lado de un dictador que no ha traído más que muertes, hambre, violencia y destrucción a una nación entera.

Sobre el particular, José Félix Lafaurie trinó: “El Arzobispo de Cali debe empezar por quitarse la sotana y desmovilizarse. Lo hemos oído apoyando al ELN y a las Farc y ni una sola condena a los crímenes de guerra que @NicolasMaduro comete al pueblo de Venezuela. Le iría mejor dedicado a su apostolado”.

Tal actitud de monseñor Darío de Jesús Monsalve tiene en la misma iglesia sus campaneros como -y según me dicen- el llamado ‘cardenal’ de Bogotá, Rubén Salazar que anda con el mismo cuento.

Posturas como estas van en contravía con los más elementales preceptos cristianos.

La antidemocracia, los asesinatos, la hambruna y la ley del silencio entre otros muchos vejámenes, no tienen frontera y la actitud enhiesta de Colombia ante la amenaza castro-chavista, que están apoyando además la gran mayoría de nuestros conciudadanos, debe merecer el respaldo solidario de un catolicismo que de seguir así se va a quedar sin su feligresía cada vez más decepcionada y ante estas posturas izquierdozo-mamertas, están migrando en estampida hacia otros toldos espirituales.

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Posdata:
Colocar semáforos peatonales en la Calle 5 frente a Fenalco puede atrancar aún más el de por sí colapsado tráfico en las horas pico.
Ojalá se haya hecho el respectivo estudio. ¡Ojo!

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