Para el día de San Blando
Así las cosas, todo nos parece bien, con una salvedad: ¿Cuándo volverá Sebastián a su morada?
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4 de abr de 2022, 11:55 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:36 p. m.
Si bien la Alcaldía de Cali expidió un decreto en el que se compromete a reinstalar la estatua de Sebastián de Belalcázar, derribada por los indígenas Misak el 28 de abril del año pasado en un acto vandálico, desafiante y provocador (¿o no?) que no tuvo ni judicialización ni castigo alguno (¿o no?), en ninguna parte dice cuándo será colocada en el lugar que le corresponde.
Pero en cambio, se anuncia la construcción de dos monumentos más: para honrar a las negritudes, uno y para honrar a los indígenas, otro. Lo cual me parece pertinente y hacemos votos para que se erijan de inmediato, con la seguridad de que no van a ser derribados y mucho menos correrán la suerte de nuestro fundador.
Adicionalmente, en el pedestal de la estatua se instalará una leyenda acerca de la vida y obra del conquistador, preparada por la Academia de Historia y las universidades, para que los visitantes conozcan las virtudes y los defectos de tan egregio personaje.
Así las cosas, todo nos parece bien, con una salvedad: ¿Cuándo volverá Sebastián a su morada? Nadie lo sabe. Ni la Secretaría de Seguridad, ni la Secretaría de Cultura, ni la Secretaría de Educación. Ese es un secreto muy bien guardado que nos deja en la incertidumbre. Es lo que se llama: ‘Sí, pero no’. Y en esas nos vamos a quedar. De aquí para allá y de allá para acá.
Dicen que es necesario diseñar primero un gran esquema de seguridad que blinde al ‘pobre Sebastián’ para que nuevamente no lo arrojen al suelo en retaliación por haberse atrevido a volver a su lugar, con cámaras de seguridad, alarmas y conexión directa con el helicóptero municipal y las autoridades para repeler una nueva andanada de los ‘estatuicidas’.
Y así se pasarán días, semanas y hasta meses, a la espera de esa gran estrategia de protección para la que llamarán a la Nasa y al servicio secreto de su majestad para que nunca más le pase nada malo a ese emblema de Cali que ha sido el referente turístico por excelencia de nuestra ciudad.
El bello parque del acueducto de San Antonio que comprende además la loma de la estatua de Belalcázar, obra que fue realizada por el alcalde Maurice Armitage, logró salvarse de la manigua, pese a que no se le dio solución a la ‘choclera’ que sigue ensuciando el entorno y generando trancones en la circunvalar.
Pero allí quedó muy bien ubicado ‘Don Sebas’ hasta que lo bajaron los mismísimos que hicieron lo propio con la otra estatua de Belalcázar en la ciudad de Popayán de la cual no se sabe nada.
El bolerito aquel que reza “dime cuando, cuando, cuando” no puede ni debe ser respondido con “el día de San Blando que no tiene cuando”.
Y mucho menos con el otro bolero de ingrata recordación que en el estribillo nos dice “quizás, quizás, quizás”.
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Posdata. Sigan apostándole a la desunión. ¿Hasta cuándo no nos convencemos que nos unimos o nos hundimos?

Administrador de Empresas, Abogado y periodista por vocación. Director y fundador de MF Publicidad Mercadeo Limitada, al igual que de los programas Mario Fernando Piano y Oye Cali. Galardonado en dos oportunidades con el premio Simón Bolívar de periodismo. Escribe para El País hace más de 40 años.
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