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A votar sin odios

No les diré por quién votar o por quién no hacerlo, pero creo que en estos momentos de efervescencia y calor es importante hacer algunas reflexiones que respetuosamente quiero compartirles.

21 de octubre de 2019 Por: Mario Fernando Prado

No les diré por quién votar o por quién no hacerlo, pero creo que en estos momentos de efervescencia y calor es importante hacer algunas reflexiones que respetuosamente quiero compartirles.

La campaña para la Alcaldía de nuestra querida Cali ha estado acompañada por un sinnúmero de ofensas, mentiras, acusaciones van, señalamientos vienen, llegando incluso a calumnias que han merecido acciones penales.

No han faltado tampoco los debates en que algunos candidatos se sacan los cueros al sol y se despellejan sin el menor respeto y recato, orquestados por unos seguidores que se encargan de exagerar y maximizar lo dicho y lo no dicho, con el fin de ganar notoriedad ante su candidato y convencer a que voten por él.

Ignoro si lo conseguirán porque se ha pasado de lo político a lo personal enlodándose mutuamente en un ping pong en el que se gritan y se denostan verduleramente para que el respetable tenga el goce pagano de disfrutar quién gana a quién en esas peleas, ya no de propuestas y planteamientos sino de injurias e irrespetos.

Así las cosas, nos hemos polarizado peligrosamente entre los buenos y los malos, entre los honorables y los pícaros, entre los de unos estratos y los de otros, entre los sabios y los ignorantes, convirtiendo el sano y necesario debate en verdaderos campos de guerra que son aprovechados por los anarquistas para que metan sus narices y siembren el caos.

Incluso, quien estaría llamado a apaciguar los espíritus tomó un partido innecesario y de nuevo arremetió contra quienes no son santos de su devoción, pudiendo -como era su deber- llamar a la reconciliación y a que se libraran batallas de ideas y no a las guerras de clases que tanto daño le hacen a una comunidad.

Por todo lo anterior y otras cosas más que se me quedan en el tintero es que desde esta tribuna de opinión, quiero hacer un llamado a que se analicen las propuestas de quienes van a regir los destinos de nuestra ciudad en los próximos cuatro años, conozcamos los perfiles de cada uno, sus antecedentes, su preparación, quiénes les rodean y se sufrague a conciencia por el que consideren no solamente el mejor, sino el más capaz de, con su experticia y su capacidad de gestión, gobernarnos de manera eficiente, eficaz y exitosa.

Sé que se han podido cometer excesos de parte y parte -como nos decían de la Santa Inquisición- pero hay que deponer tantas posiciones extremas y extremistas, pensando más en Cali y el momento crítico que vive nuestra ciudad, que en intereses distintos al mandato que van a recibir en donde las violencias verbales y físicas tienen que cesar.

Creo que cada elector debe votar libremente por quien desee sin presión alguna, llámense venta del sufragio, TLC (tejas, ladrillos y cemento), promesas de puestos o conservación de los mismos, amiguismos (recuerden que el voto es secreto) y sobretodo sin odios porque sean cuales fueren los resultados, se deberá respetar la decisión de las mayorías y aceptar a quien resulte favorecido, o es que acaso, ¿no estamos en una democracia?

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