Las empresas
Todas las empresas aportan al crecimiento de economía: los micronegocios, los negocios de subsistencia que cuyo alcance es altamente local, son por lo general fuente de autoempleo y dinamizan la economía barrial y comunitaria.
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5 de jul de 2022, 11:35 p. m.
Actualizado el 18 de may de 2023, 05:00 a. m.
¿Qué es una empresa? En el imaginario colectivo, las empresas son únicamente las grandes, las que generan muchos empleos y grandes utilidades. Pero hay muchos tipos de empresas; unas grandes, que no necesariamente son grandes porque sus dueños sean ricos como muchos creen. Según datos del reporte consolidado de sostenibilidad de Valle Por y Para Todos -Vptt- que reúne información de más de 30 empresas y organizaciones de nuestra región, del ingreso operacional de las empresas, el 58 % se destina al pago de proveedores, 18 % al pago de salarios, 11 % al pago de interés bancarios, 6 % se destina a impuestos y 5 % a pago de dividendos. Poco del ingreso total se queda en el bolsillo de los dueños. Por el contrario, mucho de eso se usa para apalancar más inversión, que genera crecimiento, lo que irriga más recursos a la economía y genera más empleo.
También hay empresas medianas, pequeñas y micronegocios, de hecho. Según la Cámara de Comercio de Cali, de las empresas registradas entre enero y mayo de 2022, más del 96% fueron micro y pequeñas. Si el reporte de Vppt se hiciera con empresas de estos tamaños, el análisis no sería diferente. Todos los negocios destinan buena parte de sus recursos al pago de proveedores y el resto para pagar salarios, intereses e impuestos. En estos negocios los dueños o emprendedores, en el mejor de los casos se pagan un sueldo o logran tener algunos excedentes.
Oigo frecuentemente comentarios que separan a las grandes y medianas empresas de los micronegocios o pequeñas empresas. Calificando los primeros como ‘los malos’ que se deben cargar con impuestos y los pequeños como los ‘buenos’ que se deben proteger e incentivar. No hay empresas buenas ni malas, todas aportan a la construcción de sociedad. Debemos abandonar falsas narrativas que crean antagonismos irreales. Cada empresa, sin importar su tamaño juega un rol y hace una contribución significativa más allá de si está o no formalizada, entendiendo que la formalización es fundamental. Ser empresario en Colombia se percibe como una actividad de alto riesgo en la que el Estado es más un obstáculo que un facilitador que no tiene en cuenta el tamaño ni la madurez del negocio.
Todas las empresas aportan al crecimiento de economía: los micronegocios, los negocios de subsistencia que cuyo alcance es altamente local, son por lo general fuente de autoempleo y dinamizan la economía barrial y comunitaria. La pequeña y mediana empresa es importante como gran generadora de empleo, proveedor de bienes y servicios y movilizador de la economía. Y finalmente las grandes empresas que cierran el ciclo y potencian todos estos beneficios con innovación y expansión. La mayor oportunidad que tenemos es precisamente la integración de empresas de todos los tamaños en torno a procesos de producción, comercialización e innovación que creen un círculo virtuoso de crecimiento conjunto.
¿Cómo entender que en lugares donde hay un tejido empresarial importante existan altos niveles de pobreza? Las brechas sociales en Colombia son inmensas y el sector privado, por más próspero que sea, no suple las obligaciones que tiene el Gobierno para cerrarlas. Sí es evidente que donde hay empresas, los niveles de pobreza son mucho menores a los de lugares en los que no hay tejido empresarial. Por esto, se debe hacer mucho más para crear negocios y que estos crezcan, logrando así darle oportunidades, sobre todo a los más pobres. No sólo en términos de empleo, sino con la posibilidad de que ellos mismos sean empresarios. Iniciativas como Compromiso Valle nos han enseñado mucho y con resultados tangibles nos muestra que es posible.

Abogada de la Universidad de Los Andes con maestría en Administración Pública de la Universidad de Nueva York. Fue Viceministra de Minas de Colombia. Se desempeñó como coordinadora del grupo de Regalías en el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Directora Ejecutiva de Propacífico
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