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Gaza, siempre Gaza

Hamás y las organizaciones que operan desde Gaza, sus bases ubicadas en residencias, escuelas y hospitales, utilizan a las víctimas de los bombardeos israelíes como trofeos de guerra, los exhiben ante los medios internacionales para aparecer como los mártires de un conflicto

11 de mayo de 2021 Por: Marcos Peckel

Definitivamente los palestinos siguen demostrando una y otra vez que son su peor enemigo. La actual escalada de violencia con centenares de cohetes lanzados por los terroristas de Hamás y La Yihad Islámica a poblaciones a lo largo y ancho de Israel, que comenzó con una andanada a Jerusalén, se explica, entre otras, por el aplazamiento, otro más, de las elecciones palestinas que debían llevarse a cabo este año. El actual presidente Mahmud Abbas del movimiento Fatah fue elegido en 2005, por un periodo de 4 años, y hoy 16 años después sigue en el poder sin que su mandato haya sido renovado por el electorado.

Hamás, que aparecía en las encuestas con buenos registros, aprovecha una situación de tensión en Jerusalén para atacar civiles israelíes y tratar de forzar que las elecciones se hagan como estaban programadas. Ese ha sido su modus operandi desde siempre; usar la violencia y el terrorismo contra Israel para obtener réditos políticos internos. Esta vez con misiles, antes con terroristas suicidas, quienes entre 2000 y 2004 dieron al traste con los acuerdos de Oslo logrando Hamás su cometido de acabar con el proceso de paz.

Lo que ocurrió en Jerusalén previo al estallido no es una situación nueva; tensión, roces y enfrentamientos entre radicales judíos y palestinos, o entre la policía israelí y palestinos en la explanada de las mezquitas. Tras unos días la situación se calmaba y se volvía a la rutina. Esta vez Hamás tomó la decisión estratégica de lanzar misiles a la capital de Israel a sabiendas que eso significaba una escalada y tendría una respuesta contundente. Erróneamente pudieron haber calculado que la larga crisis política de Israel impediría una acción coordinada por parte del Estado Judío, pero este, acostumbrado a vivir de crisis en crisis, está dotado de las herramientas y del Estado profundo para salvaguardar la soberanía y la seguridad de sus ciudadanos.

Hamás y las organizaciones que operan desde Gaza, sus bases ubicadas en residencias, escuelas y hospitales, utilizan a las víctimas de los bombardeos israelíes como trofeos de guerra, los exhiben ante los medios internacionales para aparecer como los mártires de un conflicto que ellos mismos iniciaron para precisamente eso. Muchos de los cohetes lanzados desde Gaza caen en la misma franja causando víctimas que la organización esta presta a atribuírselos a Israel. Aparecerán ahora las instancias internacionales, abiertamente segadas contra Israel, a condenar al Estado que fue víctima de la agresión.

La perniciosa división palestina entre Hamás y Fataj que data de 1987, sumado a la incompetencia de los líderes de ambos bandos y su negativa de reconocer a Israel como el Estado-nación del pueblo judío, han sido y siguen siendo los escollos principales para avanzar en un proceso que vaya creando las bases de una convivencia pacífica entre ambos pueblos.

Entretanto es el pueblo palestino el que siempre pierde, rehenes hace décadas de un liderazgo corrompido, incapaz de tomar las decisiones que abran las puertas de la paz con Israel y de conducir a su gente a un futuro mejor y eventualmente a su propio Estado al lado de Israel. Al momento de escribir esta columna no sabemos aún si esta ronda se convertirá en una guerra total o si tras unos días de fuego intenso se logre otra tregua más, hasta la siguiente ronda.
Sigue en Twitter @marcospeckel