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Crianza en tiempos de covid

Me he sentido culpable durante toda esta pandemia al dejar a mi hijo de 7 años jugar con sus equipos de comunicaciones cuando siempre me resistí al exceso de pantallas, he hice que se convirtiera en la premisa más importante dentro de mis expectativas como mamá.

20 de diciembre de 2020 Por: Mabel Lara

Me he sentido culpable durante toda esta pandemia al dejar a mi hijo de 7 años jugar con sus equipos de comunicaciones cuando siempre me resistí al exceso de pantallas, he hice que se convirtiera en la premisa más importante dentro de mis expectativas como mamá.

Me siento exhausta, temerosa y con rabia de ver cómo he roto casi todas las reglas que me plantee con el asunto de las tabletas. En primer lugar, ni siquiera quería que tuviera una antes de una edad determinada, y menos me imaginé que el pasatiempo favorito, en plena pandemia, sería permitirle jugar con sus amigos para que interactuara a través de los famosos pasatiempos como Minecraft y Roblox.

Toda la vida los expertos en crianza nos enseñaron, repitieron e insistieron, en los efectos de las pantallas para el cerebro de los niños, y ahora resulta que es la herramienta más cercana para educarlos.

Mis insatisfacciones y tragedias de mamá se incrementan cuando al salir al parque infantil veo las barreras de muchos de los más pequeños para relacionarse. En un espacio abierto y compartido, muchos de ellos con sus tapabocas, evitan tocarse, mirarse e invitarse a socializar porque han interiorizado perfectamente las normas establecidas en casa.

El otro día estuvimos en un parque infantil y mi corazón se quebró cuando un pequeño de unos cuatro años se acercó a otra niña y de manera instantánea la pequeña salió corriendo tras su mamá como si hubiera visto al mismo coco personificado en un ‘enanito’ de ojos vivaces con su vistoso tapabocas.

Son los tiempos del covid y la crianza. Los tiempos que nos hacen preguntarnos si nuestros hijos olvidarán socializar o ¿cómo saldrán de este convulso episodio en la historia de la humanidad? También, ¿qué tanto afectará su relacionamiento con el mundo esto de estar desinfectando los caminos por donde pasan y cambiar de acera si se sienten inseguros por el distanciamiento social?

Recientemente especialistas en educación con investigaciones postdoctorales en desarrollo de la Universidad Estatal de Pensilvania, les respondieron a algunos papás norteamericanos del diario The New York Times algunas de estas preguntas.

Las respuestas están en nosotros. Lo primero que recomiendan es relajarnos. Vivimos como generación nuestra primera pandemia y como proceso “el desarrollo dura toda la vida, no existe una sola habilidad en los que los niños no pueden mejorar y trabajar”, esta ha sido la frase que se volvió bálsamo para mis culpas como mamá.

Sobre las pantallas nos dicen que los más grandes están encontrando sus propias maneras de satisfacer sus necesidades sociales, y que sí, los aparatos electrónicos ayudan hoy a generar interacciones virtuales: es la nueva forma de andar en bicicleta con los amigos por el barrio. Pero -y esto sí importante- el enfoque deberá estar en los tiempos y en el cómo los ayudamos a regular esos ‘diálogos’. No sabemos de qué manera saldremos de esta pandemia. La única certeza es que hoy más que nunca la generación de nuestros hijos nos necesita más amorosos, informados y relajados para asumir la crianza en la dura época del Covid-19, yo ya empecé a hacer la tarea.

Sigue en Twitter @MabelLaraNews