¡Bobitos no!

Durante años hemos esperado que un gobierno central fije sus ojos en la capital del Valle para invertir y jalarle a su desarrollo.

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12 de feb de 2023, 11:45 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 03:04 a. m.

Esta semana causó alborozo el anuncio del presidente Gustavo Petro sobre la posibilidad de estudiar una primera línea del metro para Cali durante su mandato. Lo dijo durante la intervención en la XXI Cumbre de la Asociación Colombiana de Ciudades Capitales (Asocapitales) desde San José del Guaviare.

Los quejumbrosos manifestaron que era prioridad arreglar la deteriorada malla vial, pensar en el salvamento del MÍO y el tren de cercanías, antes que prometerle a Cali un metro.

Los esperanzados aplaudieron la decisión y aprovecharon la coyuntura noticiosa para tirar ‘globos’ inflados sobre lo que en sus mentes debería ser un metro, sus rutas, las alternativas de movilidad multimodal y las enormes posibilidades de desarrollo para Cali.

La nuez de todo este asunto es ver con perplejidad como otros tantos despistados criticaron semejante propuesta por simple oposición, desconocimiento o porque no nos enseñaron a ver ‘más allá de la caja’.

El Gobierno de Petro ya presentó como prioridad para Cali en el Plan Nacional de Desarrollo el Tren de Cercanías que busca mejorar la conectividad del área metropolitana conectando a los municipios de Cali, Jamundí, Yumbo y Palmira e incluso, el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón.

Ya el gobierno central ha destinado 25 mil millones de pesos para realizar estudios técnicos y de viabilidad, y las entidades locales -Alcaldía y Gobernación-han puesto 2 mil millones de pesos cada una.

Solo falta, en palabras de los empresarios representados en Propacífico, que se nos entreguen el aval técnico y el 70 % del proyecto para que lo podamos ver rodar en máximo dos años. Podríamos decir que estamos ‘a un pelo’, pero eso no quita que podamos soñar con un metro.

Durante años hemos esperado que un gobierno central fije sus ojos en la capital del Valle para invertir y jalarle a su desarrollo. Después de Bogotá, Cali fue una de las ciudades que más le votó a Gustavo Petro y es el momento de sacudirse del centralismo que se ha olvidado de la importancia estratégica, cultural y geográfica que tenemos.

El desarrollo de Barranquilla y la misma Medellín se dio porque ‘tenían Presidente’. Claro, también una clase empresarial pujante que ‘cobró’ lo que le tocaba para pedir, exigir y solicitar apoyos en infraestructura y proyectos de desarrollo.

No podemos ser tan miopes y desaprovechar semejante oportunidad. Si el Presidente dice que quiere apoyar el Tren de Cercanías, ayudar en el salvamento del MÍO (una idea que tenemos que sembrar) y, además, en sus propias palabras, regalarle a Cali los estudios para un metro, es nuestra obligación recibir todo lo que merecemos. El Presidente tiene hoy una robusta chequera gracias al Presupuesto General de 405, 6 billones, a los que se le suman 28 billones que le llegarán con la tributaria y otros recaudos. Qué bueno que gran parte de ese valor se quede aquí, fue la apuesta de la ciudad que puso presidente y es lo que por derecho nos toca.

Periodista, especialista en desarrollo social con estudios en ciencia política y relaciones internacionales. Cinco veces ganadora del premio India Catalina a mejor presentadora de noticias y un premio Simón Bolívar por su trabajo en el canal regional Telepacífico. Actualmente trabaja con Caracol Radio en el programa La Luciérnaga y en el Canal Uno como anchor principal de noticias.

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