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El cine: todo cambia

Cabe notar que a lo largo de tan extraña película se explora la ambivalencia, la vulnerabilidad y los traumatismos de todos nosotros. Se cuestiona la transformación, la mutación corporal, los límites del género, las fronteras de la feminidad

29 de julio de 2021 Por: Liliane de Levy

La cancelación del Festival Internacional de Cine en Cannes del 2020 nos arrebató una gran oportunidad de descubrir y digerir la evolución y cambios que experimenta el arte cinematográfico año tras año y que Cannes se esfuerza de comunicarlo. Por fortuna, y gracias a un gigantesco esfuerzo de parte de sus organizadores, el Festival se llevó a cabo en su 74 edición (hace pocos días y no en la fecha acostumbrada) con todas sus innovaciones. Definitivamente todo cambio y llegamos a un cine cada día más realista y más brutal, espejo del mundo cruel que estamos viviendo. Lo hace sin concesiones hacia sus organizadores y realizadores (es decir, sin importarle tanto su rentabilidad) y el público (no está hecho para divertir sino para advertir, reflexionar, denunciar y sacudir).

Para muestra un botón: la película ‘Titane’ de la realizadora Julia Ducournau que ganó la Palma de Oro, máximo galardón del Festival de Cannes, convirtiéndose en la segunda mujer en ganar el prestigioso premio (la primera fue Jane Campion por ‘El Piano’, en 1993). Una película que recomiendo aunque muchos me reprocharán hacerlo porque no es agradable ni divertida sino interesante y reveladora (de manera quizás demasiado tormentosa), para entender el mundo en el que vivimos.

El título ‘Titane’ es, al decir de su directora, una feminización del nombre de un metal altamente resistente al calor y a la corrosión y produce alianzas muy duras. Una adhesión al lenguaje inclusivo. Cuenta la historia de una niña –Alexa- (interpretada por Aghatte Rousselle) que sufre un accidente de carro, con su papá al volante, la rescatan y le colocan un implante en titán en su cráneo. Crece buscando a su padre, se vuelve bailarina con pulsiones criminales (mata sin vacilar a quienes considera ‘corruptos’), conoce a Vincent (el gran actor Vincent Lindon) un ser atormentado y violento, también autor de crímenes varios mientras busca desesperadamente a su hijo desaparecido hace diez años.

Los dos personajes se acercan, se maltratan pero se comprenden, se temen pero se necesitan, penetran su dureza y su fragilidad mutua; medio locos. Los dos como barcos a la deriva, en busca de afecto ya que a lo largo de una relación violenta, casi ‘animal’, terminan amándose. Según la realizadora Julia Ducounau, ‘Titane’ es una historia de amor, no muy convencional.

Cabe notar que a lo largo de tan extraña película se explora la ambivalencia, la vulnerabilidad y los traumatismos de todos nosotros. Se cuestiona la transformación, la mutación corporal, los límites del género, las fronteras de la feminidad, el físico andrógeno que se propaga, etc. El todo contado sin mucho diálogo pero por medio de imágenes extremas, ofensivas, hirientes. El físico de los personajes influye y fue preparado con precisión: ella ni hombre ni mujer y de una frialdad desconcertante; él, deforme por culpa de músculos desmesurados que se fabrica y su mirada perdida que dice mucho y nada. Y la danza que ocupa un lugar importante en la película y que su directora considera esencial para expresar fuertes emociones tanto dulces como violentas.

Una película difícil, sin duda alguna. Y difícilmente recomendable pese a su increíble calidad. Definitivamente todo cambia. Y en ‘Titane’ se muestra claramente. No me reprochen si la ven... Al fin y al cabo ganó la Palma de Oro en Cannes y toca verla.