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Las encuestas y Guerrero 198265

Andan felices los antiguerreristas. El hecho de que esté bajo en las...

14 de mayo de 2013 Por: Mario Fernando Prado

Andan felices los antiguerreristas. El hecho de que esté bajo  en las encuestas les llena de satisfacción y de esperanzas. Para nadie es un secreto que el alcalde le colocó el tatequieto a quienes pretendían seguir lucrándose del  erario público o recibiendo dádivas y comisiones en nombre propio o por terceras personas o los huérfanos del poder que en su desespero le viven poniendo zancadillas a una gestión limpia, transparente y ajena a las retribuciones mediáticas para escalar una carrera pública.Y es que para esas personas, entre más mal le vaya al alcalde -y que trabajan para que así sea-, más oportunidades tienen de volver al CAM con sus cuadrillas a practicar el ordeño del fisco utilizando el distractor del pan y circo que tan buenos resultados le ha dejado a quienes gobernaban para sus egos y para que las encuestas los maximizaran.Pero hay otros caricontentos: ¡aquellos que posan de ser amigos del alcalde y que expresan su preocupación de manera desinteresada! como sí uno no supiera que lo que están es tan felices como los otros y que conforman una ralea espuria y cínica.Pues bien: sin dejar de reflexionar en estos análisis que lógicamente señalan unas tendencias que no es sano desconocer, es preciso tener en cuenta las circunstancias que han rodeado a la administración Guerrero y cuyo común denominador ha sido la carencia de recursos. Sabido es que encontró no sólo la olla raspada sino que no había ni la olla, así y todo le correspondió responder por los compromisos adquiridos por su antecesor que dejó todo a medio empezar y tuvo que seguir y terminar lo que improvisadamente se empezó.Y como el alcalde no usó el espejo retrovisor, resulta que ahora el héroe es otro y el villano es él, por culpa de una actitud muy propia de alguien que no gusta echarle el agua sucia a los demás.Pienso que como Guerrero no es cacareador y le asiste una modestia que raya en lo monacal, es ajeno a las vanidades, a los bombos, los platillos o como corresponde a los médicos e investigadores está alejado de los canutillos y la pantalla.Precisamente eso es lo que hace que los mandatarios registren: mayor show, mayor exposición, registro y más si se utiliza la demagogia, el yo estoy haciendo, el nunca antes que yo, el falso prometerismo y las acciones mediáticas.Le ha hecho falta si, una mayor presencia, un permanente decir aquí estoy, un mayor contacto personal con sus conciudadanos para que lo vean, lo toquen y tengan el privilegio de dialogar con el, porque es un caleño amable y simpático con un gran sentido del humor y del deber.Si a mandatarios responsables nos vamos a referir, nuestro alcalde está en el primer lugar y podemos tener la absoluta certeza que bajo sus riendas la ciudad va por el mejor camino, que no hay corruptelas, que hay planificación, que no se está improvisando y que no se está gobernando para cosechar aplausos y conseguir votos y como siempre, dejar engrampados a los caleños.Así las cosas, que las encuestas tomen una fotografía de la percepción de los caleños en estos momentos, no significa que al final de su gestión vayan a opinar lo mismo. En el tiempo que le resta, Cali va a experimentar el más profundo cambio en sus aspectos álgidos y así se lo van a reconocer. Una cosa es gobernar para agradar y otra muy distinta, gobernar para acertar y las dos cosas, no son lo mismo.PD: Canalla la acusación al pajarraco de haber sido el autor intelectual de la pintada de La Ermita. Otra cosa es que siga luchando porque la entrada no quede por la trece sino por la Colombia.

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