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La innovación en crisis

Resulta dramático que Colombia, después de haber incrementado cinco escalones en el medidor mundial en el 2024, ahora en el último informe haya descendido 10 posiciones, llegando al puesto 71 entre 140 economías.

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Eduardo Durán Gómez
Eduardo Durán Gómez. | Foto: El País

27 de sept de 2025, 01:15 a. m.

Actualizado el 27 de sept de 2025, 01:16 a. m.

La innovación resulta ser uno de los elementos fundamentales para cualquier país, pues su desempeño es precisamente el que está acompañando los niveles de crecimiento y de desarrollo del talento humano, lo que hace que los países que logran importantes avances, sean los primeros en el desempeño de sus economías.

Resulta dramático que Colombia, después de haber incrementado cinco escalones en el medidor mundial en el 2024, ahora en el último informe haya descendido 10 posiciones, llegando al puesto 71 entre 140 economías.

Definitivamente, el resultado es alarmante, pues deja ver una afectación muy grave en lo que tiene que ver con el desarrollo del mismo país, pues las falencias en innovación terminan comprometiendo seriamente las expectativas de crecimiento, pues es una comprobación de que la fuerza pensante no está en condiciones de estructurar procesos de consolidación y tampoco escenarios de materialización del conocimiento.

Sorprende que en ese listado estén apareciendo países con grandes desempeños, pues han sabido consolidar prioridades en inversión y en estructuración de objetivos, en donde es claramente comprobable con sus altos volúmenes de producción, tales como China, India, Turquía, Vietnam, Filipinas, Indonesia, Marruecos, Albania e Irán.

Los expertos coinciden en que es importante detectar las falencias que estamos presentando, que se ven reflejadas en aspectos como el decreciente presupuesto destinado a la ciencia, pues los recursos de ese ministerio han decrecido un 80% en los últimos tres años, lo que ha significado que se reduzca la producción de nuevo conocimiento, que disminuya el número de artículos publicados en revistas científicas y que se vayan al piso los registros de patentes.

No dudamos en afirmar que muchas universidades y centros de investigación han generado procesos interesantes que los han llevado a logros de importancia, pero lo que vemos es que la ciencia crece a pasos agigantados en el mundo y que la velocidad del conocimiento requiere no solo de personal capacitado, sino de inversión en recursos para que los proyectos puedan avanzar en tiempos apropiados.

Todo lo que genere innovación, tiene una repercusión inmediata en la inversión, pues se encuentran canales comprobados para que los recursos puedan destinarse a proyectos productivos concretos; eso significa aplicar dinámicas a la economía, permitir la generación de empleo y contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de las personas.

El país tiene que tener una clara conciencia en cuanto a lo que realmente quiere ascender en materia de conocimiento, calculando cuál debe ser la capacidad de aporte a los requerimientos del país, para que esa inversión estipulada se vea reflejada en el presupuesto, y que se tenga la vocación de respetar los lineamientos, para que no se vayan a convertir en los sacrificados a la hora de reducir los costos.

Abogado y miembro de la Academia Colombiana de Historia y de la Real Academia Española de la Historia.

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