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El sexo en América Latina

A finales del año pasado la página web del GDA, Grupo de...

27 de enero de 2011 Por: Julio César Londoño

A finales del año pasado la página web del GDA, Grupo de Diarios de América Latina, publicó los resultados de una encuesta sobre las costumbres sexuales de los latinoamericanos. El informe confirma viejas tendencias pero también trae novedades como esta: por primera vez en la historia, la posición del misionero (el hombre sobre la mujer) bajó del primero al tercer lugar (es la posición preferida del 23,5%) y fue superada por “el hombre arrodillado detrás de la mujer” (24,1%) y por “la mujer encima del hombre” (23,9%).El 85% de los hombres fue iniciado en el sexo por una mujer, el 13,7% debutó con un colega y el 0,7% lo hizo con “otro”, es decir, con “algo” que no era hombre ni mujer (¿!). Dos de cada tres latinos han sido infieles, así: hombres 33,8% y mujeres 38,9%. El dato pone en evidencia la pujanza del sexo morrongo y derrumba la vieja creencia de que todos los hombres son promiscuos y todas las mujeres recatadísimas, esa leyenda que circuló durante mucho tiempo a pesar de que las cuentas no cuadraban.A la hora de pagar, las diferencias son abismales. El 51% de los hombres reconoce haber pagado por sexo, contra solo el 2% de las mujeres. De aquí podemos concluir que ellas son más profesionales, o que el hombre es un amater irredento, o que ellas son más avaras, o que siguen siendo, a punta de glamur y morronguera, mucho más cotizadas que nosotros.La mayoría (41,5%) tuvo su primera experiencia sexual entre los 16 y los 18 años, y un precoz 20% la tuvo antes.El tema del sexo sigue siendo tabú: el 63% define como “mala o nula” la comunicación sexual con sus padres. Los entiendo. Aún hoy, me ruborizo de sólo pensar que voy a discutir sobre posiciones, lubricantes, látigos y bolas chinas con mamá. Contra todo pronóstico, seguimos siendo románticos: el 46% de los hombres y el 52% de las mujeres relacionan el sexo con el amor, mientras que sólo un 30% de ellos y un 25,3% de ellas lo ven como un simple ejercicio de placer. El 68,9% reconoce que consume pornografía, y un 45,8% ha tenido sexo por internet. Según Alessandro Baricco (Los bárbaros, ensayo sobre la mutación) una de cada cuatro veces, cuando alguien escribe una palabra en un buscador, esa palabra está relacionada con sexo y pornografía. Tenían razón los creadores de Facebook: el éxito de las redes sociales reside en su posibilidad de “ligue”. Hay un dato triste: el 75,4% de las mujeres fingen siempre, o con regularidad, sus orgasmos.El 73% de la población admite que se masturba por mano propia o ajena, amorosa o mercenaria. Para hacerlo, el 15% utiliza imágenes de internet (es un porcentaje importante si tenemos en cuenta que la región tiene muy poco acceso doméstico a internet). De todas maneras la cifra muestra cómo el vicio más viejo del mundo y la novísima tecnología, se dan la mano. Pero hay un problema: el 72% de los hombres se masturban poco, apenas una vez por semana o menos, es decir, ¡no entrenan! Esto explica porque estamos como estamos y porque hay tantos millones de mujeres fingiendo orgasmos en la región.Finalmente, la encuesta reveló algo insólito: el 98% de los hombres ignoran que las mujeres orinan por un conducto diferente al de la cópula. Confunden, pues, la vagina con el meato urinario (a mí, lo confieso, me sorprendieron ambos datos, el estadístico y el fisiológico).