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Se hace o nos fregamos

Sin embargo, es necesario enfatizar que tanto el dragado del canal de acceso, como las otras obras estratégicas que mejoren la conectividad al Puerto ya no dan espera.

12 de agosto de 2022 Por: Juan Esteban Ángel

Hacer realidad las labores del dragado del Puerto de Buenaventura para ampliar la capacidad de entrada de los buques es un proyecto estratégico, el cual, junto con las obras de la vía Mulaló - Loboguerrero y Buga - Buenaventura es no solo necesario, sino crucial para la competitividad del país.

El proyecto para la profundización y mantenimiento del canal de acceso al Puerto de Buenaventura lleva cuatro años en estructuración y ya se encuentra finalizada la factibilidad, pero la Asociación Público-Privada presentada por la Sociedad Futura Buenaventura Puerta al Pacífico acaba de ser declarada fallida por la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI. Aún queda el recurso de reposición que se espera la ANI defina lo más pronto posible.

El canal de acceso de Buenaventura tiene actualmente 12,5 metros en la bahía interna y 13,5 metros en la bahía externa de profundidad, siendo el único puerto de la costa oeste del Continente por debajo de los 15 metros. Por lo tanto, las navieras deben transbordar sus mercancías a barcos de menor calado o esperar a que haya marea para ingresar o salir. Esto le resta competitividad al Puerto y genera sobrecostos en la operación, que finalmente afectan a las empresas, los consumidores y van en detrimento de la competitividad del país.

Por Buenaventura circulan más de 17,5 millones de toneladas de carga cada año que ascienden a más de 16.000 millones de dólares. La mayoría de la materia prima que se transforma en el país ingresa por este puerto. Por ejemplo, gran parte del maíz, fundamental para la producción de alimentos como huevo, pollo y cerdo, llega a Colombia por esta ciudad. Con la puesta en marcha de Posorja en Guayaquil, es muy probable que las navieras estén buscando este puerto como alternativa u otros en el Pacífico en Perú, Chile y México.

Hay que reconocer los esfuerzos articulados que han realizado el Gobierno Nacional, Bloque Parlamentario, el gobierno departamental, ProPacífico y los gremios de la región para avanzar y sacar adelante estas iniciativas. Fruto de ese trabajo hay que exaltar que enhorabuena el pasado 5 de agosto fue adjudicada la concesión de la vía Buga – Buenaventura con lo cual se espera sea el fin de una larga espera. La inversión para este proyecto será de más de 4 billones y generaría 66 mil empleos. Sin embargo, es necesario enfatizar que tanto el dragado del canal de acceso, como las otras obras estratégicas que mejoren la conectividad al Puerto ya no dan espera. Desde hace cinco años se está a la expectativa de que se destrabe la primera y única obra 4G para el Valle, como es la vía Mulaló-Loboguerrero; obra que desde hace más de 15 años se planteó en una agenda integral concertada e impulsada por todas las fuerzas vivas de la región.

La petición de urgencia de estas obras no es solo para el beneficio de Buenaventura o el Valle; es la competitividad del país que está en juego. Un mejor acceso terrestre y a través del canal mejorará la operación del Puerto, permitirá que las empresas accedan a maquinarias, insumos y materias primas de forma más eficiente y que sean más competitivas a la hora de exportar.

Una tarea de todos desde la región: congresistas, gobierno departamental, gremios y empresarios es mantener este tema en la agenda y sus acciones de abogacía. Ojalá que el Gobierno entrante entienda la relevancia de estos proyectos y que encuentre maneras de agilizar los procesos para la aprobación e inicio de las obras. No podemos perder el camino recorrido y garantizar que la obras se hagan, de lo contrario, ¡nos fregamos!