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Optimistas por naturaleza

En conclusión, no se trata de que caigamos en un optimismo ciego, ni de una suerte de negación de la realidad, sino que seamos capaces de ver las posibilidades de lidiar con lo que no es tan bueno

10 de marzo de 2023 Por: Juan Esteban Ángel

Hoy vivimos en lo que algunos autores llaman “la paradoja del progreso”. Tenemos lo que generaciones anteriores no hubieran siquiera imaginado: internet, medicamentos, móviles, aviones, mayor esperanza de vida, etcétera. Tenemos tanto que también hay que decir, que no nos preocupamos mucho por conservarlo. Y, sin embargo, muchos se empeñan en mirar solo lo que nos falta, y no lo que hemos logrado. Creen que siempre todo va peor, angustiados por el presente y pesimistas en el futuro.

Pero si hay algo que la experiencia y la práctica demuestran es que los exitosos, por ejemplo, en los negocios, el deporte o lo académico, coinciden en que no empiezan o fortalecen una empresa, no llegan a un campo de juego o a una evaluación de conocimientos con la idea de que van a perder o siendo pesimistas. Entran con la idea de ganar y con optimismo. Como explican los psicólogos, tendemos a alinearnos con lo que refuerce nuestras creencias y si estas son optimistas, seguramente así va a ser el resultado final: positivo.

Esto que, por lo general, relacionamos solo con el desarrollo personal, también se ve reflejado en lo empresarial. Una investigación realizada por Martin Seligman, pionero en el estudio de la psicología positiva, demostró que empresas con colaboradores optimistas y felices lograron incrementar sus ventas casi un 40%. En el mismo sentido, una persona con una buena actitud tendrá mejor disposición para la atención a sus clientes y por ende los resultados de una mayor satisfacción se verán reflejados en los indicadores de servicio al cliente de la organización.

La reciente encuesta realizada por La República para escoger al Empresario del Año en Colombia muestra que cuatro de cada 10 empresarios consultados se sienten “muy positivos” o “positivos” frente al 2023. Un resultado muy similar reflejó la Encuesta de Ritmo Empresarial (ERE) de la Cámara de Comercio de Cali en la cual un 37,5% de los empresarios manifestaron que confían en que sus ventas aumentarán este primer semestre.

Un ejemplo de optimismo y estrategia es sin duda Colombina, una empresa orgullo de la región y cuyo presidente, César Caicedo, recibió esta semana el reconocimiento del diario La República como Empresario del Año 2022. Colombina se ha convertido en un ícono del empresariado vallecaucano y colombiano, y un referente internacional, manejando más de 60 marcas, con Bon Bon Bum como la más posicionada, exportando a más de 90 países, y una empresa que está en el top de las compañías de alimentos en sostenibilidad.

En conclusión, no se trata de que caigamos en un optimismo ciego, ni de una suerte de negación de la realidad, sino que seamos capaces de ver las posibilidades de lidiar con lo que no es tan bueno y también de aceptar que hay cosas que están fuera de nuestro control. Esto permitiría ver oportunidades y potencialidades en entornos complejos y en ese sentido generar un ambiente favorable para el buen desarrollo del negocio. Hay, incluso, un asunto de sentido común: si hay un problema, la forma de solucionarlo es ponerse en ‘modo solución’ y empezar a proyectar alternativas.

Por todo lo que estamos viviendo a nivel internacional y nacional es fácil caer en modo pesimista, pero, sin duda, como dice Seligman, ponernos en modo optimista para afrontar las coyunturas nos ubica en una perspectiva distinta y hasta más creativa para enfrentar los retos y las dificultades, y de esta manera llegar a mejores resultados y soluciones.