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Malos gobiernos

La historia política colombiana guarda el recuerdo de aquella ocasión en que...

3 de octubre de 2011 Por: José Félix Escobar

La historia política colombiana guarda el recuerdo de aquella ocasión en que Alfonso López Michelsen expresó una alabanza al ‘chamboneo’ de los gobernantes. El ex presidente López —brillante en tantos aspectos— estaba rotundamente equivocado. No hay peor plaga que la falta de ponderación y realismo en el manejo de los asuntos estatales; no hay peor planteamiento que el que se formula para ser elegido, sin intención de cumplirlo después del triunfo; no hay peores males que el desorden y el desgreño en el desarrollo de la labor de gobernar.Tres casos de análisis guardadas desde luego las debidas proporciones. Obama, Rodríguez Zapatero y el actual Alcalde de Cali. El famoso lema de “Sí podemos” (una variante del que en su momento catapultó a Belisario Betancur a la Presidencia de Colombia), llevó hace tres años a Barack Obama a un amplio triunfo electoral. Recién graduados sin empleo, obreros sin oficio, miles de pobres insatisfechos, una amplia gama de personas votó con fervor por el anhelado cambio. Pero Obama hizo solo algunos intentos de modificar el statu quo. Desde hace tiempos el gobernante que suscitó la esperanza se dedica al ‘chamboneo’, al ensayo y a la inmediata retractación, a una política de mantenerse en el puesto como sea.España respeta, en términos generales, las cualidades personales de José Luis Rodríguez Zapatero. Se le reconocen su talante conciliatorio y su propensión al diálogo. Pero el Presidente español dudó y dudó cuando los tentáculos de la crisis económica comenzaron a penetrar por todos los rincones de la península. Mientras el mundo atendía alarmado a la profundidad de la crisis, Zapatero se negó una y otra vez a reconocerla. No se hicieron a tiempo los recortes forzosos, ni se miró el interés general por encima de los logros que los sectores individuales defienden con fiereza. Hoy Rodríguez Zapatero es un cadáver político, que en su caída arrastrará casi con certeza al socialismo gobernante.Cali es un ejemplo perfecto de que lo que mal empieza, mal acaba. A esta Administración Municipal se le metió en la cabeza estrangular el concepto de valorización; recurrir a la espuria versión de la llamada valorización por beneficio general; aplicar en la práctica una sobretasa al predial, regando ese impuesto (que no es contribución) a todos los inmuebles de la ciudad; y, fundado en ilusorios recaudos, acometer decenas de obras en innumerables frentes de trabajo, iniciadas con mucho más afán que estudios. Es decir, el ‘chamboneo’ en estado puro.Ahora se están viendo los resultados: una ciudad con movilidad colapsada; obras contratadas que no se han podido iniciar; una sociedad escindida por el cobro de esa sobretasa impositiva disfrazada de valorización; y una enorme deuda por recaudar, tras la cual miles de propietarios urbanos se han parapetado dispuestos a defenderse. Al próximo Alcalde le tocará enderezar esta penosa situación. Pero se nos dirá que el actual Alcalde sale muy bien librado en las encuestas. Por supuesto: las que desde hace tiempos no están saliendo bien libradas son las propias encuestas.

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