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Los presidentes

El aporte americano a la historia de las ideas políticas es el sistema presidencial de gobierno.

24 de marzo de 2019 Por: José Félix Escobar

El aporte americano a la historia de las ideas políticas es el sistema presidencial de gobierno. El primer modelo fue el ingeniado por los norteamericanos tras su Guerra de Independencia librada contra la Gran Bretaña. Los ‘padres fundadores’ diseñaron un gobierno con rígida separación de poderes en el cual, sin embargo, la preponderancia del jefe del Ejecutivo es notoria.

El desarrollo del sistema ha mostrado que la función principal de los jefes políticos consiste en mantener a raya a los presidentes para que no desborden con su enorme poder los límites establecidos en la Constitución. El ejemplo de los Estados Unidos ilustra la preocupación del Congreso y de la Justicia por los desafueros del Presidente Donald Trump. El sistema presidencialista no está a prueba de las tendencias autoritarias.

La situación de Trump se complica a cada paso. Acaba de presentarse el informe del fiscal especial Robert Mueller sobre la influencia de los rusos en la campaña presidencial de 2016, donde todo parece indicar que existió el propósito de perjudicar a la aspirante Hillary Clinton. El muro de la frontera sur sigue empantanado. Y Corea del Norte se ha separado del intento de acercamiento promovido por Trump.

El presidente norteamericano muestra como logro personal el buen momento de la economía de su país. Sin duda la política de reducción de impuestos y de renegociación de tratados comerciales ha sido beneficiosa. Pero el comportamiento arrogante y excluyente de Trump le ha causado muchos problemas, incluso dentro de su propio partido. El influyente líder republicano Paul Ryan ha dicho que muchas de las ideas de Trump son acertadas pero que su forma de expresarlas es deplorable.
Lo curioso y por paradoja es que a otro presidente americano, Iván Duque Márquez, le llueven críticas por haber cumplido con lo que establece la Constitución de Colombia. De manera clara nuestra Constitución faculta al Presidente de la República para objetar por razones de conveniencia los proyectos de Ley que se le presenten para su sanción. En ejercicio de esa facultad el Presidente Duque objetó seis artículos de la Ley Estatutaria de la Justicia Especial para la Paz. La objeción se refiere al 3.7% del articulado.

Nuestra Corte Constitucional ha puesto en orden las cosas sin hacer caso a la perorata de los críticos (incluida la inteligente y graciosa Juanita Goebertus). El presidente tenía el derecho a formular objeciones y el Congreso tiene el deber de debatirlas.

Iván Duque muestra con el correr de los meses un desempeño progresivamente bueno en su gestión presidencial. Después del farragoso trámite de la Ley de Financiamiento, los aciertos del presidente son hoy mucho mayores que sus desaciertos. El aprovechamiento del momento generado por la asunción de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela es un paso estratégico de alto valor.

Nuestra extensa frontera con Venezuela nos muestra que somos el proveedor privilegiado de bienes y servicios a la hora en que nuestro rico vecino se sienta libre de la peste chavista y comience la tarea de su reconstrucción social y económica. No debemos olvidar que Colombia llegó a exportar 7 mil millones de dólares a Venezuela.

El historiador Malcolm Deas, ha resaltado como característica de la sociedad colombiana el gusto por discutir sobre asuntos en los que no encontramos solución.

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