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A posicionarse

Petro debe estar a toda hora consciente de que en el mundo híper-comunicado de hoy, cualquier expresión o frase de un líder impacta de inmediato los mercados.

30 de octubre de 2022 Por: José Félix Escobar

La democracia colombiana celebró en este año elecciones presidenciales, en las cuales triunfó el candidato Gustavo Petro por una mayoría sólida pero no apabullante. Fieles a nuestra inveterada tradición de respeto a las decisiones de las urnas, se le dio posesión a Petro en su doble condición de jefe de Estado y jefe de Gobierno el pasado 7 de agosto.

Gustavo Petro ya se posesionó, pero ahora le toca posicionarse. Debe saberse que Colombia no es una republiqueta tropical en la cual las cosas públicas se manejan al vaivén de los caprichos y veleidades del gobernante de turno. Aquí no ‘se hace camino al andar’. Por estructura constitucional somos un Estado social de derecho, donde las actuaciones de los funcionarios están predeterminadas en las normas.

Preocupan de verdad las continuas expresiones de molestia del presidente Petro contra el sometimiento a las normas. Resulta difícil imaginar que un presidente califique de ‘estúpido’ un decreto. Y menos tratándose del que por razones de seguridad nacional prohibía el desplazamiento simultáneo en avión del presidente y del vicepresidente. Esto es una rebelión contra la lógica de la marcha del Estado.

Petro debe estar a toda hora consciente de que en el mundo híper-comunicado de hoy, cualquier expresión o frase de un líder impacta de inmediato los mercados. Colombia no es una dictadura estatista en la cual la opinión libre de los ciudadanos no existe. Por esa razón quién tiene la capacidad de incidir en el desenvolvimiento de los sucesos, debe ser muy prudente.
Ojalá que el cuidado que el presidente debe tener cuando se expresa, se contagie a sus ministros. Ya hemos sentido los efectos alcistas del dólar por las declaraciones de quienes proponen suspender la exploración de hidrocarburos en momentos en que el mundo en general está hambriento de ellos y deseoso de pagar excelentes precios. El expresidente López Michelsen dijo alguna vez: “Ya que estamos pasando bien en esta fiesta, vámonos para otra”.

En el campo internacional el presidente Petro debe poner los pies sobre la tierra y concluir en que no podemos cantarle la tabla a los Estados Unidos. No solo por las razones que se desprenden de dos siglos de relaciones entre los dos países, sino porque la potencia del norte es en conjunto nuestro mejor aliado.

A la historia no se le puede dar la espalda. Para quienes creen conocer a Petro no les debió sorprender que dejara plantado al Rector del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Por las constituciones del venerable claustro, el presidente de la República es Patrono del Colegio y en esa condición todos los predecesores de Petro han asistido al claustro a cumplir con sus deberes.

Quienes creemos que Colombia no nació cuando vino al mundo Gustavo Petro, tememos que las importantes efemérides que se celebrarán en 2023 serán desconocidas por el actual ocupante de la Casa de Nariño.
No debe olvidarse que el año entrante se cumplirá un siglo de la Misión Kemmerer, que organizó nuestras finanzas públicas. Y en el mes de diciembre del año entrante el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, el mismo que ha ninguneado el presidente Petro, cumplirá 370 años de funcionamiento.

Para concluir, a todos los que hablan sin pensar les conviene tener en cuenta a toda hora el sabio concejo de Jorge Luis Borges: “No hables, a menos que puedas mejorar el silencio”.

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