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¿Y qué es la verdad?

El ya muy escaso ambiente cuaresmal, no se siente como hace unos años atrás, todo cambia, por la globalización que la cultura y la sociedad va obteniendo entre otras cosas impulsada por la inmediatez de las comunicaciones que nos acercan

29 de marzo de 2017 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

El ya muy escaso ambiente cuaresmal, no se siente como hace unos años atrás, todo cambia, por la globalización que la cultura y la sociedad va obteniendo entre otras cosas impulsada por la inmediatez de las comunicaciones que nos acercan y nos hacen vivir de una manera diferente a la que vivieron nuestros abuelos y quizás tengamos que decir: “Siquiera se murieron”; no resistirían el fenómeno con el cual se distingue la cultura actual, según Baum y Donkis, en su libro La ceguera Moral.

‘La verdad completa’, pareciera que hay impedimentos para conocerla, y todo se hace según los intereses que cada uno tiene o se sabe lo que se quiere que se sepa. Decía el Fiscal actual que no hay necesidad de más leyes, sino que verdaderamente las cumplamos para conocer y castigar a los infractores y a los que transgreden las buenas costumbres y se apoderan del Bien Común, con los sobornos y los silencios para poder alcanzar lo que se proponen como intereses personales o grupales, en prejuicio del Bien de los demás. ‘Corrupción’.

Llegan al poder los que más capacidades de actuar tienen para manejar la maquinaria y ocultar la verdad en detrimento de aquellos que con la ingenuidad de la lucha por el Bien y la justicia para todos, creen en las personas y las instituciones y se someten a las reglas de juego que confían serán cumplidas con honestidad y sinceridad, aún jurando que sus palabras pueden quedar escritas sobre piedra que así serán cumplidas y quedarán grabadas en la historia para testimonio de su pulcritud impoluta.

Se usan los medios para lograr transmitir lo que se quiere y se silencia todo lo que no les convenga para poder lograr los resultados que les entregue el poder que desean. Se dice, se habla mucho para inducir a creer lo que se pretende lograr, no importa si es lo verdadero, lo necesario, lo justo; la Verdad no es lo importante, más aún si ella se confunde con la realidad que acontece, pero no está de acuerdo con lo que se está buscando o construyendo para poder tener el poder o alcanzarlo, se minimiza y aun se silencia, para que no distorsione el objetivo propuesto para alanzar; hoy solo conocemos lo que nos quieren hacer ver y se nos oculta lo que en verdad se quiere alcanzar y que no se nos revela claramente, pero que se escapa cuando las realidades se salen de sus manos y se empieza a conocer por otros medios lo que realmente está sucediendo y se está buscando, pero no se había dejado ver, y los hechos les hacen hablar apresuradamente de las realidades que no comunicaron a su tiempo.

Aparecen las disidencias, los sobornos, los carruseles, la verdadera intención de las agendas y de los pactos; las nuevas intenciones: “Nosotros no seremos oposición, vamos tras el gobierno”; es un mito que hemos forzado a alguien para formar parte de nuestro grupo, nosotros somos una familia y a los menores los tenemos como nuestros hijos, ellos forman parte de esta unidad, hasta hoy me entero de ello, en fin podríamos sacar frases, afirmaciones negaciones que se dijeron y ahora se contradicen con la realidad, con los hechos, y esto es lo que produce la desconfianza generalizada y la falta de credibilidad, porque no se dice la verdad, se ha perdido la confianza, estamos cayendo en la apatía y la indiferencia, que nos produce la insensibilidad a la que hemos llegado que se traduce hoy en una verdadera ceguera moral, que nos llevará si no frenamos en seco; a la destrucción.