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No hay paz sin confianza recíproca

El deseo que respira la humanidad en esta época es el de encontrar la alegría del hombre por medio de la paz, que sea fruto de una justicia cimentada en la verdad.

18 de diciembre de 2018 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

“¿Ustedes también quieren dejarme?”. Estas palabras pronunciadas por Jesús y que se constatan en el evangelio de San Juan, en el capítulo seis, nos ayudan a entrar en la reflexión personal acerca de estos tiempos en los que vivimos y que se manifiestan de gran desconfianza.

Al observar cada día los acontecimientos públicos y aún privados, nos preguntamos: ¿En quién creemos? Y dejándonos iluminar por el ambiente de la época navideña, marcada por las palabras del Bautista en el desierto, que invitan a renovar la vida, a cambiar radicalmente de actitudes para poder recibir un tiempo nuevo, un tiempo de esperanza y justicia para fundamentar la verdad y la paz; nos debemos preguntar cómo lo encontramos allí en los personajes que se acercan en búsqueda de ese cambio: ¿Y nosotros qué tenemos que hacer?

La humanidad siempre se divide, y los unos con los otros entran en confrontación y desconfianza por el uso del poder, esto pasa cuando quienes hacen la política se apartan del bien común y buscan el beneficio particular, ya sea de personas o grupos.

Pero el deseo que respira la humanidad en esta época es el de encontrar la alegría del hombre por medio de la paz, que sea fruto de una justicia cimentada en la verdad y precisamente por eso Dios baja del cielo para vivir en medio de los hombres: para dar testimonio de la verdad.

El papa Francisco, en el marco de la 52 Jornada Mundial de la Paz, en la que da un mensaje el primero de enero de cada año, este 2019 nos dice: “No hay paz sin confianza recíproca. Y la confianza tiene como primera condición el respeto de la palabra”. De este modo, “el compromiso político -que es una de las más altas expresiones de la caridad- toma en cuenta la preocupación por el futuro de la vida y del planeta, de los más jóvenes y de los más pequeños”, añade el comunicado.

Por supuesto, los creyentes en Jesús, como todos los ciudadanos, tenemos la responsabilidad política, y decía el Papa que los creyentes en mayor grado, porque estamos llamados a ser limpios de corazón, a confiar en el otro, a amar al prójimo y a buscar el bien para ellos. Y de una manera muy especial, los que han recibido el cargo de proteger y gobernar.

Sí, todos los católicos de una manera especial están llamados a trabajar por la paz y a anunciarla como la buena noticia, porque debe luchar por la justicia y la verdad para lograr un buen futuro a la sociedad y que el hombre se realice en su dignidad plena, es así como enaltece la política como la mejor expresión de la caridad cristiana.

Esa confianza se logrará, dice el mensaje para la jornada 52 por la paz, con el respeto a la palabra y esa palabra es viva y llega a realizaciones a favor del hombre cuando se es capaz de sentarse a dialogar, mirándose a la cara y sin tener como enemigo al interlocutor, para en el diálogo buscar la verdad y el bien de todos, renunciando a los intereses particulares.

El auténtico político trabaja por unir a su pueblo y a las gentes y así contribuye al fortalecimiento de la paz en su país.