Industria del bienestar

A raíz de la facilidad que trajeron las redes sociales y la posibilidad de una comunicación rápida, que permiten muchas opciones de acceso a la información de todo tipo, tenemos que ser cautos.

Wellness, coaching, grouding, biohaking, maindfulness, self-care, fitness y muchas más son palabras en inglés que se han puesto de moda y existen miles de terapeutas ofreciendo las soluciones mágicas para el bienestar que muchas veces terminan produciendo más malestar que bienestar. También existe todo tipo de recetas y píldoras para encontrar soluciones a los problemas que nos aquejan a los humanos.

Cuando uno se da cuenta, se está tomando los suplementos que le recetaron al vecino y oyendo podcast que te prometen un cambio radical de vida.

Hay que recordar que antes nos vendieron las ideas de que la Coca-Cola era la chispa de la vida. Que las margarinas eran más saludables que la mantequilla, que el colesterol malo era producido por ingerir carne de cerdo y que las grasas vegetales eran la solución. Ahora se cuestiona científicamente la verdad de esas teorías que fueron promovidas por las grandes industrias.

Ahora se han multiplicado las ofertas de todo tipo de terapias, fórmulas que con cinco pasos te arreglan la vida y de allí en adelante caminarás suavemente por la vida sin problema alguno. Podremos caminar por el aire y las aguas al mejor estilo de Jesús.

Se aprovechan de nuestras carencias para meter los miedos y así multiplicar sus ventas.

Que no hagas eso o aquello, mejor tomate un ‘esmuti’ verde que tiene la solución mágica, corre tres kilómetros, sumérgete en una tina con hielo, medita una hora y después llega a tiempo a tu trabajo y no te olvides de llevar los suplementos y las pepas porque si no, no estaría el paquete completo.

La profesión de moda actualmente es la de ser influencer y existen muchos buenos, pero hay una cantidad enorme de gente irresponsable vendiéndonos estilos de vida poco acordes a la realidad de nuestras verdaderas necesidades. Muchas de estas personas no tienen ni la información correcta ni la verificación de lo que dicen.

También muchas de las soluciones actuales vienen de lo que ahora se llama la inteligencia artificial o una breve conversación con el ChatGPT.

Nosotros los que ya tenemos cierta cantidad de años recordamos que ese tipo de soluciones provenía de las fórmulas de nuestras abuelas que entendían mejor los beneficios de la naturaleza y la vida silvestre, retomar una vida de mayor conexión con la tierra, el buen alimento, las sanas relaciones con nuestro prójimo, con nosotros mismos y con el medio que nos rodea.

Entonces, seamos cautos a la hora de buscar el bienestar en la inmediatez de las redes cuando también podemos conectarnos con los ciclos internos que son diferentes en cada ser humano.

En países como China ya se están implementando leyes para controlar y limitar la información que circula en las redes, exigiendo a las personas o influencers tener una formación que los acredite para así regular lo que se comparte y así garantizando la veracidad de los contenidos.