Omisión preocupante

En su campaña el presidente prometió cambios, pero todo indica que se centrará en aumentar subsidios a los estamentos vulnerables de la población sin precisar fuentes...

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18 de oct de 2022, 11:35 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 05:03 a. m.

Llama la atención el escaso interés del gobierno nacional en el crecimiento económico y la revisión rigurosa de las instituciones públicas del país. En su campaña el Presidente prometió cambios, pero todo indica que se centrará en aumentar subsidios a los estamentos vulnerables de la población sin precisar fuentes. Olvida además que la capacidad fiscal para ayudar a segmentos selectos de la población no se logra con reformas tributarias orientadas a aumentar el recaudo a expensas del largo plazo. Son decisivos el crecimiento del ingreso y el desempeño del Estado en sus tareas. Inhibir el crecimiento empeora las cosas desde la perspectiva social, y hace difícil el sostenimiento de los subsidios con los que el presidente busca consolidar su posición para elecciones futuras.

Las condiciones de la economía al comenzar el gobierno no eran propicias para el crecimiento rápido sostenido. Los pronósticos de tasa de aumento del ingreso a largo plazo eran del orden de 2% por año. Se necesitaban reformas en diversos frentes. Pese al complejo contexto mundial, los países con brecha significativa entre su situación actual y la que resultaría de asignación razonable de recursos fruto de aciertos en políticas públicas podrían crecer de manera sostenida durante un buen número de años.

Llama la atención que los pronósticos de crecimiento para Panamá, cuyo ingreso per cápita es el triple del nuestro, y República Dominicana, cuyo ingreso per cápita es 40% mayor que el nuestro, son 5% para 2023 y 2024, cuando en principio es más difícil crecer rápido si el ingreso es más alto; quizás estos países hacen algo mejor que nosotros. Ambos tienen deficiencias en su sistema educativo, régimen presidencial con todos sus riesgos, y problemas de corrupción, tal vez menores que el nuestro, pero en ambos casos la población tiene mentalidad abierta al mundo, factor importante para el desarrollo económico y social.

La participación del comercio internacional de Colombia en el producto interno bruto es muy baja, del orden de 35%. Las protecciones al aparato productivo existente no relacionadas con impuestos a la importación son enormes. Esta realidad y la escasa disposición de las contrapartes a modificar tratados de condiciones preferenciales obligan a pensar que lo necesario para impulsar la economía es cambiar la actitud de las cadenas productivas y el ordenamiento del Estado. No tiene sentido que la mitad de las exportaciones de Colombia sean petróleo sin ser país petrolero.

Cálculos de Fedesarrollo permiten concluir que se podría crecer a tasas del orden de 8% por año durante cinco años al menos si se suprimen protecciones, se simplifican las reglas fiscales, se separa la financiación de la salud de la remuneración formal para reducir el costo de crear empleo, se racionalizan las reglas para pensiones y, sobre todo, se mejoran sus instituciones públicas para reducir la corrupción y tener procesos eficaces, con un legislador menos malo, justicia menos ineficaz y articulación aceptable entre regiones y gobierno central. Las reformas deben engranar para materializar beneficios y evitar contradicciones.

Crear condiciones apropiadas para el crecimiento sostenido impulsaría el aumento rápido de la remuneración al trabajo, y además evitaría problemas financieros al gobierno central: habría crédito abundante para un Estado que sí funcionara y un país que sí ofreciera oportunidades para todos.

Economista y abogado. Director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda y Presidente del Banco Central Hipotecario (1991-1994). Escribe en el periódico desde hace siete años.

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