Ojalá contra los que son

Su reto más grande es demostrar que no serán ni un juguete ni un adorno estorboso.

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27 de jul de 2022, 11:45 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 12:01 p. m.

Siempre he dicho que en política no se puede meter las manos en el fuego por nadie. En Colombia menos porque se termina achicharrado. Yo no lo haré, pero sí quisiera hacer un balance menos pasional del futuro Ministro de Defensa.

Dirigir a este país en su ofensiva contra el crimen necesita un tremendo par de pelotas. Iván Velásquez las tiene. Por lo menos esa garantía parece darla el futuro ministro. No cualquiera tiene el coraje para desenquistar la corrupción poniendo a una vicepresidente en la cárcel, escarbando entre la boñiga de una clase política intocable y además demostrando que nuestro Congreso estaba aliado con los paramilitares. Esa, me parece, es una carta de presentación diciente.

Con eso Velásquez parece tener, al menos, la personalidad que se requiere para dar peleas difíciles donde el hampa domina. Con esos tres hitos hay suficiente para creer que el Ministro se esforzará en dar resultados tangibles más allá del discurso vacío que tanto caracteriza a otros líderes de la cartera de Defensa. Muchos se han llenado la boca anunciando estrategias y planes rimbombantes para por fin acabar con estructuras delincuenciales que no van más allá de las intenciones.

Que en este cargo Velásquez haga uso de sus pelotas (y lo haga contra los que es) es una pregunta aparte. Su reto más grande es demostrar que no serán ni un juguete ni un adorno estorboso. Su inclinación ideológica está clara y es bastante pública, pero este puesto no es para que salde rencillas ni cuadre cuentas pendientes. Espero que su profesionalismo le permita entender que su reto está, de lejos, por fuera de su cadena de mando.

Sus contendores son el terrorismo, el crimen organizado y la delincuencia ordinaria. Esa realidad no excluye que en simultáneo tenga desafíos dentro de sus filas: la corrupción dentro del sector, fortalecer la legitimidad frente a la sociedad civil y actualizar estrategias y doctrina para responder a las cambiantes amenazas. Pero sería un error monumental que el Ministro asumiera que tiene que quemar la casa para volver a arrancar, o que para reparaciones internas deje que la maleza de afuera la envuelva.

O lo hace bien, contra los que es, o el país se le va a estallar en la cara. Hay pocas carteras donde la evaluación de su desempeño sea tan clara. Las mediciones sobre delitos de alto impacto darán una lectura transparente para saber si el trabajo de Velásquez rinde frutos o no.

La ideología tiene que, además, dejar de ser una venda negacionista. Hacerlo bien desde el Ministerio de Defensa requiere de sinceridad para reconocer errores históricos de la Fuerza Pública como los falsos positivos, y del tesón para defender la valentía de quienes portan un uniforme en defensa de todos. Ese delicado balance lo tendrá que lograr Velásquez. Esperemos que así sea.


Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.

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