Oasis

Se cuenta que los varones mayas cambiaban de nombre dos veces en el transcurso de su vida.

Al nacer les adjudicaban un nombre acorde con la fecha en la que habían venido al mundo.

Más tarde, al ser iniciados en la vida adulta, recibían otro nombre ligado a algún rasgo personal.

Cuando se unían en matrimonio recuperaban el nombre original y lo conservaban hasta su muerte.

Los sabios mayas eran bien conscientes de los cambios de la vida y educaban a las personas para fluir con ellos.

También eran unos convencidos de la unidad universal y de los efectos negativos de la separatividad.

Dicen que esa creencia en la unidad de todo y de todos se reflejaba incluso en el saludo cotidiano.

Al saludarte un maya te miraba a los ojos y te decía convencido: “Yo soy tú. Tú eres yo”. La verdad es que somos uno.
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