El pais
SUSCRÍBETE

Oasis

Cuenta la historia que cierto día una sabia maestra escuchó a dos jóvenes hablando después de una meditación.

2 de noviembre de 2020 Por: Gonzalo Gallo

Cuenta la historia que cierto día una sabia maestra escuchó a dos jóvenes hablando después de una meditación.

Estaban reprobando con acritud el comportamiento de otra y se regodeaban en sus juicios despedazando a la compañera.

Ella conocía a los tres, se acercó y les dijo: “No juzgues a otro porque no conoces su pasado y no conoces tu futuro.

Lo grave de los juicios no amorosos es que fácilmente criticas lo que tú mismo tienes sin aceptarlo, lo vives o lo vas a vivir”.

Es muy fácil elaborar juicios. Hoy es un día estupendo si tomas consciencia de cómo la mente los teje todo el día sin cesar.

Casi que al mirar a alguien juzgas algo sobre su figura, su porte, su caminado y sus ropas, sin necesidad de hablar.

Pero no todos los juicios son malévolos, son apreciaciones que brotan espontáneamente y no hacen daño.

Lo importante es evitar aquellos juicios en los que se critica, se piensa mal y está en juego el honor del otro.

Sigue en Instagram @Gonzalogallog

AHORA EN Gonzalo Gallo