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David Barash, experto en relaciones de pareja, dice: la sexualidad de muchas especies en cautiverio disminuye por la simple monotonía.

En un estudio realizado con una pareja de carneros que permaneció junta en el mismo potrero se observó esto:

Si bien al principio copulan con gran intensidad, con el tiempo van perdiendo el interés.

Si al macho se le presenta una nueva hembra su deseo de nuevo se dispara. En las parejas la monotonía provocaría lo mismo.

Las parejas tienden a habituarse al otro y, sin novedad en la cama, puede la rutina hacer que el cuerpo cambie y la gente no vea igual de atractiva a su pareja.

Otros expertos creen que la pérdida de deseo se debe a problemas como falta de creatividad e incomunicación.

Esto afirma Sarah Murray, una investigadora: “Cuando las relaciones sexuales son rutinarias y sin pasión puede pasar esto:

En muchos años es común que se pierda la creatividad y la apertura para hacer cosas novedosas o excitantes, y baja el fuego sexual”.

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