Oasis
Cuando eres capaz de renunciar a todo sin quejarte o deprimirte, entonces todo lo tienes y fluyes en la vida.
La paz de tu alma depende en buena medida de tu desapego, de no estar atado a nada ni a nadie.
Algo que solo alcanzas si te amas mucho, amas a Dios, y así no pones tu felicidad fuera de ti mismo.
No sufres con el apego si tomas consciencia de la impermanencia de todo y prefieres ser a tener.
Detrás del apego hay miedos y detrás del miedo una fe débil y un amor muy frágil y precario.
Cuando eres capaz de renunciar a todo sin quejarte o deprimirte, entonces todo lo tienes y fluyes en la vida.
Jesús, Buda y Lao Tse amaban sin amarras porque el amor llenaba del todo sus vidas y su corazón.
Un maestro de desapego fue el filósofo Diógenes y le demostró ante el emperador Alejando Magno:
“Pide lo que quieras”, le dijo el emperador parado abre su tonel. “Solo te pido que te corras para poder gozar del sol”, respondió Diógenes.