Oasis
Un hombre bastante piadoso estaba pasando apuros económicos y decidió orar de la siguiente manera:
“Señor, acuérdate de los años que te he servido como mejor he podido sin pedirte nada a cambio.
Ahora que estoy viejo y arruinado, te pido por primera vez un favor que sé que no me vas a negar: ayúdame y me gano la lotería.
Pasaron días, semanas, meses... ¡y nada! Por fin, casi a punto de desesperarse, gritó una noche:
- ¿Por qué no me haces caso, Señor?
Y entonces oyó la voz de Dios que le replicaba: ¡Ayúdame tú a mí! ¿Por qué no compras un billete de lotería?
El creyente facilista piensa que basta rezar sin actuar y necesita pedalear con ambos pedales: oración y acción.
Huye de una idea mágica y milagrera según la cual la oración lo arregla todo sin que tú des lo mejor de ti.
Fe mágica es pensar que basta con los ritos y los rezos. Fe es amarte, amar a Dios y a los demás y obrar bien.
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