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Sólo abusan de las ‘buenas’

No debía sorprender la forma en que se manejó el caso...

5 de julio de 2011 Por: Gloria H.

No debía sorprender la forma en que se manejó el caso de Dominique Strauss-Kahn y la mucama de Guinea. Era obvio que ‘el poder’ del primero aplastaría a la otra. Como se dice en colombiano era “una pelea de toche con guayaba madura”. Pero sí sorprenden ciertas concepciones de la vida que marcan categorías diferenciales de seres humanos. Los hay de primera, de segunda y hasta de quinta categoría. La pretendida idea de que ante la Ley todos somos iguales, no deja de ser retórica. Son aquellos pajazos mentales que se cree la cultura para calmar la culpa y sentirse en paz. Pero no deja de ser una falacia...La violación se convierte en ‘menos violación’ o ‘más violación’ dependiendo de la personalidad de la implicada. Entonces si usted es ladrona, traficante o mentirosa, ya no está ‘tan’ violada. Si usted es buena, reza el rosario y tiene familia organizada, su caso puede calificar para ‘violación’ y es posible que se castigue al culpable. Las noticias fueron muy claras: desde el primer momento los sabuesos de Dominique iban a buscar en el pasado de la mucama para disminuir la falta del violador. Porque era su pasado y no la acción presente lo que marcaría el delito. Una mujer mentirosa no puede ser violada: es más culpa de la víctima que del abusivo. Una mujer sagaz tampoco puede ser violada: es ‘su’ responsabilidad si alguien abusa de ella. Total, no es sino una astuta que cayó en manos de otro más astuto.En ese orden de ideas, para muchos a una prostituta se le puede hacer ‘cualquier cosa’: total es prostituta. Hace unos años conocí el caso de unos muchachos que abusaron de una prostituta y la defensa quiso argumentar ‘la profesión’ de la abusada como justificación: “Es que era una mujer de vida alegre”. Pero una violación, repito, no depende de la condición de la abusada, sino del atropello: obligar o violentar a alguien a acceder a algo que no quiere. Y sobre todo mucho más impactante cuando el abuso se sucede en lo más sagrado, íntimo y personal que tiene un ser humano: su cuerpo. También una mujer casada, por ejemplo, puede acusar a su marido de violación. No importa el vínculo que exista entre ellos. La obligación, la coerción, la presión, elimina el deseo y la voluntad y se convierte en un delito. Sin importar el vínculo o la condición de la abusada.Y todavía creen que todo lo que se hace en el mundo en pro de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres es exagerado. Hay quienes ilusamente piensan que no hay necesidad de tanto reclamo. Pero si en una sociedad como la americana el delito es menos grave porque la víctima es mujer, negra, asilada, pobre y sin educación, significa que estamos en pañales en cuestión de igualdad de derechos. Y en Francia, los ‘abusos sexuales’ pertenecen al terreno de lo privado por lo tanto la licencia del abuso y atropello está servida. Países donde muchísimas mujeres ya hacen sentir su voz... que no alcanza aún para lograr el derecho a la igualdad en todas las demás mujeres.Queda un sabor amargo ante el poder de este hombre que logró salirse con la suya. ¿Por qué, si era inocente, salió corriendo del hotel? ¿El que en su historia haya más abusos no es de por sí una prueba para concluir que ‘volvió a repetir’? Qué vaina que sea -otra vez- la repetida historia patriarcal donde los hombres manejan el mundo y hacen lo que quieren con el cuerpo de las mujeres.

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