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Las tragedias en los estadios de Heysell, en Bélgica, que dejó 39...

13 de noviembre de 2014 Por: Gerardo Quintero

Las tragedias en los estadios de Heysell, en Bélgica, que dejó 39 muertos en 1985, y la Hillsbrough, en Inglaterra, que provocó la muerte de 96 personas, marcaron el fútbol inglés y determinaron una serie de medidas que acabaron con la violencia de los ‘hooligans’ o barras bravas.Los ingleses no le dieron más vueltas y decidieron acabar de raíz un problema que hace poco más de 20 años hacía imposible ir a un estadio sin pensar que se podía perder la vida. En primer lugar, hubo una decisión política de enfrentar esta situación sin ‘aguas tibias’ prohibiendo de por vida el ingreso a los estadios de los hinchas más peligrosos y se determinaron penas de cárcel a quienes asistieran a los partidos de fútbol portando armas o habiendo consumido alcohol o drogas. Se creó un cuerpo élite de policía para enfrentar a los vándalos y se infiltraron agentes secretos a estas barras para identificar a los azuzadores y a quienes vendían droga dentro de las tribunas. Se instaló un circuito cerrado de televisión en las diferentes tribunas para apoyar la labor de la Policía, al igual que lectores de huellas digitales que lograron un amplio banco de datos para identificar a los hinchas, a quienes, además, se les carnetizó.A las empresas de transporte que los llevaban a los estadios también se les sancionó y a los dirigentes deportivos o jugadores que los incentivaban se los marginó del espectáculo futbolero.Se instaló silletería en todas las tribunas y se prohibió que los espectadores miraran los partidos de pie. Los frutos de tales medidas hoy se pueden observar. El fútbol inglés es hoy la mejor liga del mundo y el espectáculo es una fiesta de familia. En Colombia, asistir a un estadio es como ir a la cárcel. Tres cordones de seguridad, hordas de jóvenes drogados que se toman por asalto las calles de la ciudad para exigir una ‘liguita’ para supuestamente entrar al estadio y una venta y consumo desaforado de drogas en las tribunas populares.Mientras el ejemplo inglés está a la vista de todos, en Colombia y en Cali las autoridades municipales y del fútbol toman acciones ridículas. Aquí la sanción es impedir la entrada de ‘trapos’ a la barra brava del América y ocho millones de pesos de multa al equipo. ¿Qué tragedia están esperando en Cali? ¿No bastan los muertos y heridos que se cuentan por centenas? ¿Los destrozos en los alrededores del estadio? ¿El miedo de quienes cruzan la Roosevelt y la Calle Quinta cuando hay partidos? ¿El terror de los vecinos de San Fernando y el Templete? Ya basta.

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