Gabriel Turbay y el regreso del olvido

Olga González ha publicado un libro esencial para entender el final de la primera mitad del Siglo XX en Colombia a partir de la historia no contada de Gabriel Turbay. En el centro de su obra hay una trama de traiciones, guerra sucia y alianzas hasta ahora desconocidas.

Turbay fue un hombre muy importante de su tiempo, liberal en todo el sentido, y desde su liderazgo como senador y Canciller construyó un camino que lo convirtió en uno de los dirigentes más opcionados para liderar el país. Colombia pasaba por un periodo de gobiernos liberales de avanzada, de discusiones sobre derechos laborales y de políticas sociales, después de casi cincuenta años de hegemonía del Partido Conservador.

Era casi un hecho que el liberalismo volvería a ganar las elecciones en 1946, hasta que surgió una profunda división en sus filas. Por un lado, Jorge Eliécer Gaitán, exalcalde de Bogotá, había construido un discurso de masas, aunque muchas veces se alejaba de los valores del liberalismo. Por su parte, el carisma y la respetable trayectoria de Turbay lo llevaron a ser el candidato del Partido Liberal. Esta disputa no pudo ser reconciliada y al final la presencia de los dos en las balotas condujo a una división que permitió el regreso del conservatismo al poder.

El libro ‘El presidente que no fue’ reconstruye desde una amplia revisión de prensa, correspondencia y documentos políticos de la época lo que fue la elección de 1946, y documenta la inmensa guerra sucia de la que fue víctima Turbay en la época, por cuenta de su ascendencia libanesa. Los artículos, discursos y pronunciamientos de algunas de las más importantes voces de la opinión pública de su tiempo muestran cómo el origen de la familia del candidato liberal llevó a que sus críticos especularan sobre sus capacidades e intenciones. Se trata de uno de los primeros fenómenos de racismo y xenofobia en la política colombiana, si no el primero.

A su vez, la autora abre discusiones necesarias sobre la veracidad de algunos de los mitos que se han construido alrededor de la política colombiana de mitades del siglo, especialmente sobre el liderazgo de Jorge Eliécer Gaitán. De Gaitán se habla mucho en la cotidianidad de la política por cuenta de su liderazgo y su retórica, pero menos se discuten sus ideas y sus propuestas de campaña. En ese sentido, Olga González argumenta que Turbay representaba de una manera mucho más clara las banderas ideológicas del partido. También encuentra una responsabilidad innegable del saliente presidente y máximo dirigente liberal de la década, Alfonso López Pumarejo, en la falta de apoyo a Gabriel Turbay en su candidatura y en la división que llevó al regreso del partido conservador.

No solo hay traiciones y guerra sucia en la trama. También muchos de los hallazgos compartidos por la autora muestran una sorprendente predilección del líder conservador Laureano Gómez por la candidatura de Gaitán en las elecciones de 1946, pues sabía que se configuraba una fracción que llevaría al triunfo del candidato Ospina Pérez, escogido poco tiempo antes de las votaciones. Tal vez lo que más llama la atención a lo largo del libro es la forma en que un dirigente tan destacado de su época como Turbay, que estuvo tan cerca de llegar a la presidencia de Colombia, ha sido olvidado casi por completo por la literatura y los estudios históricos. ‘El presidente que no fue’ devuelve a la memoria a un líder liberal que no merecía ni el olvido ni la derrota.