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Flagelo sin fecha de expiración

No le debemos dar la espalda a un problema que, aunque repugnante, del cual todos nos avergonzamos y quisiéramos que no hiciera parte de nuestra existencia, está presente en más de un país del mundo.

20 de noviembre de 2023 Por: Alfonso Otoya Mejía
Alfonso Otoya Mejía

Esta semana se llevará a cabo la vigésima primera reunión de los países firmantes del acuerdo para eliminar las minas antipersonal. Son 164 países que se han comprometido con no producir, usar, almacenar o comercializar minas antipersonal. Comprenden que el uso de estas armas deteriora la dignidad humana en todos los niveles y afecta en su mayoría a civiles y niños que, bajo todos los parámetros de la guerra, deben estar marginados.

El último reporte de Landmine Monitor 2023, registra dos Estados no firmantes del tratado, Rusia y Myanmar, como los dos únicos nivel mundial que hicieron uso de minas antipersonal durante el 2022. Cabe destacar que el reporte también menciona otros lugares del mundo en donde agentes no estatales, contaminan el territorio. Colombia desafortunadamente hace parte de este grupo.

Aunque preferiríamos no tener que tratar este tipo de temas, lamentablemente las minas antipersonal son una realidad con la que muchas comunidades tienen que convivir. Omitir este hecho puede ser la primera razón para que en el futuro se presente una víctima. Adicionalmente, darle la espalda solo genera más barreras para poder obtener una solución definitiva a esta problemática mundial.

Durante el 2022 y lo corrido del 2023, se tiene sospecha de que el 28 % del territorio ucraniano se encuentra contaminado con minas antipersonal, esto equivale a una extensión de tierra de unas 8 veces el Valle del Cauca. No se tienen estimaciones de tiempo, ni de dinero, para poder declarar libre de sospecha esa vasta extensión. Las consecuencias van mucho más allá de retrasar la contraofensiva ucraniana que era lo que los rusos buscaban. Ese terreno en su mayoría era explotado agrícolamente. Ucrania es una de las mayores despensas de cereales del mundo y quitar de un solo tajo el 28 % de su producción tendrá consecuencias permanentes en precios y suministro de cereales a nivel mundial.

Pero el problema no se detiene en la improductividad del terreno. Grandes regiones de ese país se encuentran incomunicadas, mucha de su infraestructura aislada y algunas comunidades totalmente desplazadas. Cuando la guerra termine y las comunidades retornen a sus territorios va a ser muy difícil recuperar la confianza y las rutinas diarias. Actividades básicas como la de los niños asistiendo a la escuela se convierte en una actividad supremamente riesgosa donde los pequeños arriesgan sus vidas.

Es muy probable que en el futuro se presenten conflictos entre naciones o incluso al interior de ellas. Algunos de estos conflictos escalarán a niveles bélicos, como ha ocurrido en Ucrania y más recientemente en Gaza. Si las naciones continúan teniendo la posibilidad de usar este tipo de armamento las consecuencias no se limitarán a la duración del conflicto, sino que pueden durar muchas décadas como ha ocurrido en Laos, Sudán o Yemen.

No le debemos dar la espalda a un problema que, aunque repugnante, del cual todos nos avergonzamos y quisiéramos que no hiciera parte de nuestra existencia, está presente en más de un país del mundo. Ignorar este flagelo no va a solucionar el problema. Las minas antipersonal fueron elaboradas sin fecha de expiración y por esto el paso del tiempo no ayuda a solucionar el problema. Exijamos que este tema se aborde en todas las esferas de nuestro país. ¿Qué tal si empezamos por el Valle del Cauca? Sí, en el Valle del Cauca hay territorio minado.

Descontaminemos el mundo.

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