Versiones

¿Faltarían otras versiones? Es demasiado. Aunque no niego que, por lo menos en mi caso, ¡resulta interesante!

Pero me pregunto por el impacto que diferentes versiones y mutuas desautorizaciones producen en la opinión pública. Sabemos que el nivel de lectura es muy bajo… Con todo, por la radio y otros medios se difunden los desacuerdos, lo cual deja casi siempre perplejidades. Y, luego, siguen las interpretaciones que son las que, finalmente, dejan ‘la verdad’ no siempre ceñida a lo que dicen los diferentes autores y a lo que fue la realidad.

El libro más reciente es el de Néstor Humberto Martínez, ‘Las dos caras de la paz’, (382 páginas). Su testimonio es muy valioso porque como Ministro del Interior de Andrés Pastrana conoció muy de cerca ese intento y, casi, desde el primer día tuvo claridad en virtud de una conversación con el ‘Mono Jojoy’, que las Farc no estaban interesadas en negociar la paz sino en la toma del poder por la vía armada. Muy novedoso. Nunca había escuchado semejante apreciación. Más interesante, informado el presidente Pastrana, quedó claro que ya estaba concibiendo un Plan B, el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas y de la Inteligencia. Una estrategia que resultó ganadora como lo reconoció el presidente Obama en la celebración que hizo en la Casa Blanca, en febrero de 2016, cuando intentó exaltar la tarea de sus antecesores (Clinton, Bush) y la de Pastrana, Uribe y Santos.

El exministro y exfiscal Martínez Neira hace lo propio con generosidad. Como que busca crear un puente entre los tres expresidentes colombianos. Al parecer, una tarea imposible.

No vacila en reiterar que Álvaro Uribe es un patriota y ello como resultado de conversaciones claves que, a petición del presidente Santos, sostiene con el expresidente Uribe. Otra importante revelación: en el momento más crítico del proceso recoge mensajes de Uribe para Santos, que muestran un deseo sincero y hasta angustiado para que éste culmine la tarea, no se levante de la mesa pese al resultado negativo del Plebiscito (2 de octubre/2016) y relata cómo, al no encontrar una respuesta positiva, Uribe intenta una conversación directa con el presidente Santos y, luego, otra en el aeropuerto de Rionegro.

Así sabemos cómo fue que fracasó el intento por construir un consenso político que sirviera de sustento al Acuerdo. Y de allí la fractura política que tantos problemas está ocasionando.

Y su testimonio trae, también, las peripecias que rodearon la revisión del Acuerdo y, luego, su implementación legislativa. Habla de 43 cartas que el editor no quiso publicar. Deplorable.

Muchas advertencias, previsiones que no merecieron un apropiado tratamiento, por ejemplo, en el caso de ‘Márquez’ y ‘Santrich’; o el de la peligrosa presencia de los carteles mexicanos o sobre los vínculos de las Farc desmovilizadas y los involucrados en el negocio criminal del tráfico de drogas.

Y así de otros temas. Trascendental el relativo al tesoro de las Farc. Para identificarlo armó un grupo de 300 funcionarios de la Fiscalía. Sigue siendo una dimensión clave del proceso que no mereció tampoco toda la atención. Gravísimo.

Creo que es el libro más revelador, escrito por alguien que se declara “amigo de la paz” y que rechaza que se hable de “enemigos de la paz”.
Ojalá Martínez Neira pudiera ayudar a reconstruir el consenso político.