Venezuela negociando

Enero 13, 2023 - 11:55 p. m. 2023-01-13 Por: Fernando Cepeda Ulloa

Lo que parecía imposible viene ocurriendo desde 2021. Y en ese marco debiéramos entender las actitudes de Estados Unidos o las de la oposición venezolana o las de Europa o las del gobierno colombiano. Pese a los fracasos anteriores y a otros signos que no se perciben como los más propicios, el esquema negociador avanza. Este es el tema de un informe del respetado profesor Abraham Lowenthal, compartido en lo esencial por académicos de varias regiones y por exfuncionarios: ‘Venezuela in 2023 and Beyond-Charting a New Course’.
El informe divulgado el miércoles pasado es una buena síntesis de pragmatismo y buenos deseos, sin descartar principios fundamentales. Reconoce todas las dificultades, pero acoge todas las posibilidades para encontrar un camino que lleve a una salida favorable para todas las partes involucradas, aunque no será de un día para otro, ni de un año para el siguiente. Queda bien claro que se trata de hallar fórmulas gradualistas que sólo un clima de confianza puede sostener y hacer viable. Como se ve no se trata de imaginar fórmulas atractivas, pero irrealizables. El pragmatismo cruza todo el informe.

No se pasa por alto el papel que Cuba, Rusia, China, Turquía, Irán, juegan en el caso venezolano. Muestra claridad sobre la manera como Estados Unidos ya está jugando y cómo puede y debe continuar ejerciendo influencia para que se logre el propósito de restaurar la democracia venezolana con elecciones en 2024 y 2025. Un camino en el cual la máxima presión debe ir desapareciendo y los incentivos para que la economía venezolana se recupere y así su industria petrolera. Y ahí entran la Chevron y algunas europeas como Repsol y Eni. Es que el contexto energético global favorece a Venezuela. Y eso no lo desconocen ni Estados Unidos ni Europa.

Que existe una situación humanitaria angustiosa, eso ya parece haber encontrado una solución en la creación del Fondo Social que estará administrado por la ONU. Contará con tres mil millones de dólares y en su gestión podrán participar miembros de la oposición. Un mecanismo cooperativo, de naturaleza cuasi-internacional y doméstica que va señalando el camino de la colaboración entre partes que se miraban como irreconciliables. Entonces ya otros asuntos de aparente enorme dificultad pueden ver una luz al final del túnel. Es que el profesor Lowenthal no es novato en el estudio de las transiciones de regímenes autocráticos a democracias.

Se espera que exista una coalición coherente en el lado de la oposición. Y algo similar del lado del gobierno. Se hace un reconocimiento a Maduro: es más popular que la mayoría de los dirigentes de la oposición. Chávez mantiene una favorabilidad de por lo menos 60%. Habrá Venezuela sin Chávez, pero no sin chavismo, ese me parece que es el nervio principal de la negociación. ¿Será que así se entenderá? No se niega que Maduro tiene también incentivos para negociar y que los más de siete millones de migrantes han aliviado la grave situación venezolana. Se reconoce que los gobiernos de Lula, Petro y Boric hacen más favorable el momento de la negociación. Intuitivamente afirmo que todas las acciones de Petro desde el primer día de su gobierno no son ajenas a este esquema de negociación y que el papel de Colombia es y está siendo clave.

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