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¿Presunción de inocencia?

Desde hace varios años estamos viviendo una especie de terrorismo penal. El...

12 de octubre de 2013 Por: Fernando Cepeda Ulloa

Desde hace varios años estamos viviendo una especie de terrorismo penal. El derecho sagrado de la presunción de inocencia ya no es reconocido por el poder judicial. En una actitud de corte totalitario desprecian el artículo 29 de la Constitución Nacional que contundentemente declara: “Toda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado judicialmente culpable”. Es, también, una manera de desconocer una garantía milenaria, la del Habeas Corpus, que le otorga al ciudadano el derecho de reclamar su libertad cuando considere que ilegalmente ha sido privado de ella. Es un recurso que debe resolverse en el término de 36 horas. Pues a Mario Aranguren y a Luis Daza, director y subdirector respectivamente de la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf), los tuvieron presos, en el caso de Aranguren desde mayo de 2010 hasta abril de 2011 y apenas esta semana, luego de mantenerlo en el escarnio público por cuatro años, la autoridad judicial se expresó así: “Se demostró que obró conforme a las funciones y competencias que le correspondía desarrollar por su cargo”. La Juez del caso subrayó “lo inusual” del cambio de opinión por parte de la Fiscalía. Infortunadamente, lo que parece ser usual, desde hace un buen rato, es el desprecio por un derecho sagrado que se ha convertido en una ilusión. Es asombrosa la pasividad de la sociedad toda frente a su desconocimiento sistemático. Por fortuna, el ministro Alfonso Gómez Méndez manifestó su indignación y su perplejidad ante las decisiones de los jueces que, sin más ni menos, envían a cárceles miserables, inhumanas (eso lo tenemos bien sabido), a personas honestas, a servidores públicos. Son decisiones truculentas, descalificadoras que culpabilizan irresponsablemente a un ciudadano causando un dolor descomunal, irremediable, tanto a la persona así afectada como a su familia y a sus amistades. Que a los gremios les parezca que ese es un tema que no les compete; que a las instituciones que tienen que ver con la enseñanza del Derecho semejantes atropellos las tengan sin cuidado; que no haya existido un debate en el Congreso sobre ese desprecio sobre una institución jurídica que es la expresión máxima del garantismo de los derechos del ciudadano y así de otras agencias, es algo que dice mucho sobre el desentendimiento social con respecto a valores fundamentales de nuestro sistema político. Los ciudadanos viven bajo la intimidación de que algo semejante les pueda ocurrir. Es que los casos abundan. El del senador Luis Fernando Velasco. Y tantos otros. El del senador Carlos García, ex presidente del Senado y, en el momento de su detención, presidente del partido de gobierno, quien estuvo más de dos años en prisión y luego fue declarado inocente. Fue escandaloso. A tal punto que el presidente Santos consideró su deber, en buena hora, rendirle un homenaje en el suntuoso recinto del Senado francés, con ocasión de su visita oficial a París. Es que tenía, además, ciudadanía francesa y ese gobierno estableció una especie de veeduría sobre el proceso. Son hechos que hablan muy mal de la vigencia del Estado de Derecho en Colombia, del cual tanto nos enorgullecemos. Postdata: Aleluya, La Corte Constitucional se pronuncio con lucidez en favor del respeto a la presunción de inocencia.

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