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Límites

La teoría de la separación de poderes apunta a esta noción indispensable. Existen varios poderes, pero ninguno debe ser omnipotente. El poder limita al poder.

28 de octubre de 2022 Por: Fernando Cepeda Ulloa

La naturaleza de la democracia es, precisamente, la de los límites. Es noción esencial para poder entender en qué consiste la gran diferencia con otras formas de gobierno.

La teoría de la separación de poderes apunta a esta noción indispensable. Existen varios poderes, pero ninguno debe ser omnipotente. El poder limita al poder. El poder Legislativo está limitado por la constitución y las leyes y pienso que por las tradiciones más significativas. El poder Ejecutivo está limitado por esa misma arquitectura jurídica y su acción es, también, limitada. El poder Judicial no legisla; no ejecuta; su función es asegurar que las normas sean respetadas por todos, el presidente, sus funcionarios, el Congreso, las asambleas, los concejos. La democracia es un sistema de controles mutuos, busca equilibrios entre las ramas del poder, las tradicionales y las que han surgido por los desarrollos tecnológicos y otros fenómenos sociales. Un sistema autocrático o dictatorial no reconoce estos límites.

La ciudadanía debe entender esta naturaleza de la democracia y que no puede pedir del Ejecutivo lo que éste no puede dar, al nivel Legislativo lo que no le corresponde y siempre debe estar atenta y ser muy exigente para que el poder Judicial cumpla cabalmente con el deber de hacer respetar este sistema de límites.

No siempre es así, pero el sentido que tiene la separación del calendario electoral es preservar la teoría de límites. Podría ocurrir, si se juntaran todas las elecciones en un día, que se produjera un comportamiento electoral uniforme que eligiera autoridades nacionales y subnacionales de una misma corriente política. La separación de poderes y la teoría de los límites sufrirían mayúsculo debilitamiento. Así lo vemos ahora en Estados Unidos cuando en las elecciones de medio término se eligen gobernadores, una tercera parte del Senado, la representación en la Cámara y otras autoridades.

En ocasiones, como le ocurrió a Obama, el partido de gobierno pierde muchas sillas en el Congreso. Esa es la gran preocupación del Partido Demócrata en las elecciones del 6 de noviembre. Se sabe que es una técnica constitucional para establecer nuevos límites a lo que pudo ser una mayoría presidencial que se conformó en elección anterior.

Reconocer esta característica de la vida democrática ofrece tranquilidad a todos. El presidente no puede hacer todo lo que quisiera así lo haya prometido. El Congreso, así sea mayoritario en contra del presidente, tiene que reconocer que su función es la de legislar y no la de gobernar y que la mayoría que llevó al presidente a dirigir el Ejecutivo tiene derecho de propiciar muchas de las propuestas que hizo para ganar las elecciones.

Al mismo tiempo, el presidente tiene que reconocer que no tuvo todas las mayorías, por ejemplo, no obtuvo la del Congreso y entonces tiene que aceptar las expresiones de autonomía que le corresponden, que le son propias y a las cuales no puede renunciar. Es aquí donde entra a funcionar el sistema de cooperación armónica entre los poderes y el sistema de controles y equilibrios.

Entendido esto no resulta tan difícil comprender las limitaciones que tiene el presidente, las obligaciones que tiene el Congreso y el mandato constitucional de ambos para cooperar armónicamente. Es la teoría democrática. El equilibrio. La armonía. Los límites. Y así el buen gobierno.

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