La otra Colombia
Esa es la Colombia olvidada por el aberrante y nocivo sistema centralista de gobierno que existe en nuestro país
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1 de sept de 2021, 11:55 p. m.
Actualizado el 18 de may de 2023, 07:18 a. m.
De tiempo atrás y al igual de muchas personas que constantemente escriben artículos sobre este mismo tema, he venido expresando mi gran preocupación por el hecho de que en Colombia realmente existen dos países. Uno de ellos conformado por las regiones en donde están ubicadas las grandes ciudades y el otro, que yo llamo la Colombia olvidada que comprende más del 50% de nuestro territorio, en donde al menos durante los últimos 50 años, el Gobierno Nacional difícilmente ha hecho presencia, pues las inversiones significativas se realizan en las grandes ciudades del país.
Sin discutir la importancia de construir Sistemas de Transporte Masivo, de los cuales los llamados ‘metros’ son los más eficientes pero al mismo tiempo los más costosos, mi preocupación radica en que los proyectos que actualmente se están construyendo en Bogotá y Medellín se hagan a expensas de no poder arreglar las miles de vetustas escuelas, puestos de salud y acueductos que existen en todas las pequeñas y medianas poblaciones de nuestro país y también en ciertas ciudades grandes en donde sus gobernantes de turno no actúan con la debida transparencia, como viene sucediendo en Cali y en otras ciudades.
Ni qué decir del pésimo estado de las vías terciarias e inclusive algunas secundarias, que existen por todo el territorio nacional, las cuales se convierten en verdaderas trochas que se vuelven intransitables en los periodos lluviosos, impidiendo a los campesinos el traslado de sus productos a los centros de consumo, como nos lo muestran los medios televisivos con relativa frecuencia. Esa es la Colombia olvidada por el aberrante y nocivo sistema centralista de gobierno que existe en nuestro país que tanta insatisfacción nos genera a los habitantes de las regiones más apartadas de Bogotá y sus instituciones.
En el Valle del Cauca estamos inconformes porque después de 16 años de haberse iniciado los trabajos para la construcción de la doble calzada entre Buga y Buenaventura, esa obra aún no se termina. Y porque después de esperar seis años a que la Anla expidiera la Licencia Ambiental para la construcción de la carretera entre Mulaló y Loboguerrero que con solo 32 kilómetros de extensión recortará en 52 kilómetros la distancia entre el Occidente del país y Buenaventura, lo que llevó al contratista a renunciar al contrato suscrito con el Invias años atrás.
Qué podrán decir entonces los habitantes de regiones como Cauca y Nariño que llevan años esperando que se construya la nueva vía entre Popayán y Pasto. Con ella se reduciría sensiblemente el tiempo de viaje entre el occidente de Colombia y Ecuador, uno de los pocos países con los cuales tenemos una balanza comercial favorable como lo he mencionado en otros artículos.
Pero lo peor es que ese aberrante centralismo está conduciendo a que los jóvenes recién graduados de las universidades de provincia solo encuentren trabajo bien remunerado en Bogotá. Con lo cual los líderes empresariales del futuro se están concentrando en la capital, algo muy grave para nuestra Nación.
Por todo lo anterior no es de extrañarse que 2/3 partes de los colombianos esté diciendo que el sistema democrático no es bueno, porque a ellos no les representa ningún beneficio. Percepción que deberemos cambiar, de lo contrario nuestra democracia no es sostenible.

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.
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