El pais
SUSCRÍBETE
Muni Jensen

Columnistas

Elecciones en medio mundo

La reciente farsa rusa disfrazada de voto coronó de nuevo a Vladímir Putin, garantizando un redoblado esfuerzo para anexar a Ucrania.

23 de marzo de 2024 Por: Muni Jensen

En 2024, más de 65 países y economías llevarán a cabo elecciones. Aunque la contienda entre Donald Trump y Joe Biden acapara la atención global, en el ciclo electoral del resto del mundo se juegan temas tan trascendentales como el futuro de la economía global, la permanencia de la democracia como sistema político, la seguridad tecnológica y energética, el futuro del medio ambiente y la balanza de poder entre los grandes jugadores geopolíticos. El impacto se siente en todos los continentes, y en algunos arrojan más de lo mismo.

La reciente farsa rusa disfrazada de voto coronó de nuevo a Vladímir Putin, garantizando un redoblado esfuerzo para anexar a Ucrania. En India, país tan grande que las elecciones duran más de un mes, con participación del 67% de la población, probablemente siga en el poder Narendra Modi. Este gran país empieza a pisar duro en la política global, opacando a China en su influencia y prosperidad.

En Estados Unidos, está en juego la definición de la democracia misma. Donald Trump mantiene su discurso de insurrección, promete disolver la Otan, y busca una segunda ronda donde la mentira y el acoso son herramientas de gobierno. Acumula seguidores a pesar de enfrentar cuatro juicios y la no insignificante cantidad de 80 cargos en contra. A pesar de que alguno prospere, sus votantes siguen empeñados en apoyar. Joe Biden, mientras tanto, intenta poner pecho a una crisis migratoria que amenaza con debilitar aún más el voto hispano, y así sus posibilidades de reelección. Hoy el país se mantiene más dividido que nunca, enfocado más en los temas reproductivos y las posiciones frente al conflicto de Israel y Hamás que en celebrar el bienestar económico y el bajo desempleo actual.

Al otro lado de la frontera, se pelean la presidencia la senadora Xóchitl Gálvez, preferida por los empresarios, y la pupila de AMLO, Claudia Sheinbaum. La primera tiene apoyo en las ciudades, pero no logra penetrar las regiones más pobres del país. Scheinbaum, científica, cuenta con el dedazo del presidente y está de primera en las encuestas. Para México el tema es seguridad y educación, y por supuesto la crisis migratoria. Aunque goza de una economía estable, pero la relación con Estados Unidos depende mucho de la combinación de resultados en cada lado de la frontera.

Otro aliado americano también tiene elecciones. Se trata del Reino Unido, donde el extremo de la derecha populista está desbancando al partido conservador. En todo caso, el partido laborista parece mantener la mayoría. Como en todo el mundo, la inmigración y las consecuencias de seguridad que ha complicado el caminado del primer ministro Rishi Sunak, son tema de campaña. Muchos cambios, pocas transformaciones.

En África votan dos países importantes: Senegal, que ha visto quiebres en su estable trayectoria democrática, y Sudáfrica, donde el partido de Nelson Mandela se ha debilitado y los equipos económicos no han logrado enfrentar la pobreza. Hoy Sudáfrica, con sus votantes apáticos, es el país con la mayor desigualdad del mundo. En Senegal, donde se disputan 19 candidatos, el descubrimiento de petróleo y el modelo económico son prometedores. Las elecciones dirán si el país se convierte en una historia de éxito.

Además de estos, hay elecciones en la Unión Europea, donde los conflictos globales en Ucrania y en Medio Oriente, así como la preocupación sobre un nuevo gobierno de Trump, sobresalen en la agenda. La agenda climática, la seguridad global, el comercio y la tecnología, así como el impacto de la migración y la reflexión existencial del papel de la Unión en el mundo también están en discusión. Con el crecimiento de partidos extremistas de izquierda y derecha, será cada vez más complejo el consenso.

Es un año de oportunidad y de riesgo y podría reflejar un cambio de tercio en el poder mundial. Pero los asuntos locales y globales en cada uno de estos países apuntan a retos locales casi imposibles. El resultado es que las oportunidades de cambio y fortalecimiento de la democracia y el progreso quedan en segundo plano.

AHORA EN Columnistas