Columnistas
El desarrollo humano integral y los bancos de alimentos
La Doctrina Social de la Iglesia es una defensora de la caridad que hay que practicar para que el Evangelio sea creíble.

20 de abr de 2025, 01:25 a. m.
Actualizado el 20 de abr de 2025, 01:25 a. m.
Por monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de Buenaventura.
La labor de la Iglesia, a lo largo de los siglos, ha estado siempre marcada por tres dimensiones: la espiritual, la litúrgica y la social. Esto corresponde a lo que conocemos dentro de la fe como la pastoral profética, la pastoral litúrgica y la pastoral social. No puede haber evangelización que no integre y lleve a cabo esta triple misión. Pero no son misiones yuxtapuestas de manera desorganizada, sino una metodología divina que se inicia con el anuncio (evangelización), la celebración y finalmente, como consecuencia, la acción con los más necesitados.
Es precisamente en esta última acción en donde se enmarca la acción de los Bancos de Alimentos de Colombia, que ya han llegado a un número de 26. Bancos que han surgido del seno de la Iglesia católica como una respuesta al problema del hambre y a la necesidad de organizar la caridad. Esto es lo que pretendemos en nuestro Banco de Alimentos de Buenaventura en donde en el año 2024 logramos entregar 657.052 kilos de productos a un total de 64 comunidades beneficiarias, que equivale a 14.400 familias y una atención total a 72.000 bonaverenses que tienen dificultades para adquirir los alimentos.
Estas cifras parecen pocas frente al número tan inmenso de ciudadanos que están por debajo de la línea de la pobreza. Pero es un gran aporte que desde la Iglesia se hace a la situación de falta de alimentos en los platos de muchos hermanos nuestros.
La Doctrina Social de la Iglesia es una defensora de la caridad que hay que practicar para que el Evangelio sea creíble. Pero es una apuesta muy organizada y que busca el beneficio a múltiples actores de la sociedad: empresarios, comerciantes, familias pobres, instituciones de beneficencia, comunidades organizadas, iglesias de varias denominaciones, parroquias, voluntariados, transportadores, y todo el personal que labora en nuestras instalaciones. El verdadero Desarrollo consiste en “el paso de condiciones de vida menos humanas, a condiciones de vida más humanas”, nos dice la encíclica ‘Populorum Progressio’ (20) del Santo Padre Pablo VI.
Los bancos de alimentos buscan el desarrollo humano integral en la medida en que promueven a las comunidades a asociarse (los bancos de alimentos no entregan alimentos a personas o familias individuales); buscan que los procesos sean autosostenibles por medio de aportes solidarios que todos los beneficiarios deben entregar; generan un gran sentido de solidaridad entre los empresarios, ya que les permite ayudar a calmar el hambre de los pobres; permite un gran despliegue de un sinnúmero de voluntarios que apoyan las labores de los bancos de diversas maneras; evitan el desperdicio y la pérdida de los alimentos que están con fecha de vencimiento próxima, sobre maduros o con averías.
Dios bendiga esta experiencia que nos ayuda a generar solidaridad y a hacer que el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo sea creíble.
Mensaje escrito por el Arzobispo de Cali y sus obispos auxiliares para los lectores de El País.