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Eduardo José Victoria Ruiz

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De la Guardia Suiza al Ejército de Colombia

Mientras leo esta historia, escucho en las noticias de Colombia el accidente de un helicóptero ruso de nuestro ejército, en el cual nueve militares perecieron. Van 21 soldados muertos en accidentes similares.

5 de mayo de 2024 Por: Eduardo José Victoria Ruiz

Mañana, como todos los 6 de mayo, el Santo Padre bendecirá los nuevos integrantes de la Guarda Suiza Pontificia, ceremonia que lleva más de 500 años. La Guardia es el ejército más pequeño del mundo, no supera los 200 integrantes y fue creada en 1506 por el Papa Julio II, quien pidió el apoyo de Suiza ante las amenazas que padecía el Vaticano por parte de muchos países, e incluso de los reinos que más adelante conformarían la república italiana. Suiza tenía el prestigio de formar excelentes militares y desde entonces ese cuerpo militar ejerce la protección del jerarca de la Iglesia Católica y del Estado Vaticano. Su lema de siempre es: “Con coraje y fidelidad”.

¿Condiciones para aplicar a ser soldado de la Guardia? Ser ciudadano suizo, soltero, tener una carrera o título de bachiller, no ser mayor de 30 años, tener por lo menos 1,74 de estatura, y lo más importante, ser católico. Se deberá estar dispuesto a dar la vida para proteger al Papa. Si bien es cierto, los vemos aún con espadas y alabardas en medio de un colorido uniforme, ellos son entrenados con modernas armas automáticas y sofisticados sistemas de comunicación. La gran prueba de fuego se dio en el Siglo XVI, cuando el Papa Clemente VII fue víctima de la agresión española. 187 guardias suizos se enfrentaron a 5000 unidades hispanas; salvaron al Papa al lograr llevarlo por un pasaje secreto hasta el Castillo del Santo Ángel. Solo 49 guardas suizos se salvaron, 138 ofrendaron su vida ante la crueldad ibérica. Este episodio de valor y compromiso con la iglesia Católica y con el Papa fue el 6 de mayo de 1527, razón por la cual su Santidad en esta fecha aniversario se reúne con su ejército, bendice a los nuevos, felicita a los ascendidos y pronuncia unas palabras de gratitud por la labor encomiable de este ejército a lo largo de los siglos.

Mientras leo esta historia, escucho en las noticias de Colombia el accidente de un helicóptero ruso de nuestro ejército, en el cual nueve militares perecieron. Van 21 soldados muertos en accidentes similares. Aparentemente, hay problemas de mantenimiento y tenemos un alto número de aeronaves fuera de servicio ante el mínimo compromiso del Presidente y el Ministro con la adecuada dotación para la Fuerza Pública. En esa misma semana, el Presidente pone en tela de juicio la honorabilidad de toda la cúpula del Ejército al presentar falsa, o erróneamente, estadísticas de millones de municiones robadas, cifras que son corregidas más tarde por los periodistas. Es el mismo Presidente que suprime la frase “es un orgullo ser policía” y es el mismo que dice que los policías saben dónde están las ollas del narcotráfico, pero que conviven con la delincuencia. Es el mismo que descabezó y sigue podando el talento del Ejército y de la Policía, eliminando la experiencia y habilidades demostradas de muchos oficiales. El mismo que exalta la primera línea, la que ha hecho horrores con hombres y mujeres policías. ¿Es torpeza o es el plan deliberado de quien viene del mundo del secuestro, de todas las prácticas inmundas de la guerrilla, del robo de armas empezando por la más preciada, la espada de Bolívar? ¿Es el desquite con quienes fueron sus enemigos de siempre?

¿Cuál es el límite de la Fuerza Pública frente a los agravios? ¿Hasta dónde se permite arriesgar la vida de militares y policías mientras la delincuencia se fortalece y se apodera de los territorios al mismo tiempo que se coartan las formas de enfrentarla? ¿Hace parte la ruptura con el gobierno de Israel del plan para contrarrestar la reacción eficiente de nuestros uniformados? ¿Será que nuestro Ejército está obligado, como la Guardia Suiza pontificia, a mantener en alto el lema “Con coraje y con fidelidad”? ¿Cuál es su límite?

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