Cisma en el horizonte

Sí, soy partidaria del movimiento de la evolución. El mundo quieto, estático, congelado, no me gusta. Aún más, creo que es un absurdo… como somos seres de energía, el movimiento es lo natural para la condición humana. Movimiento significa cambio. Pero existen instituciones que sueñan con la parálisis. La monarquía, la Iglesia Católica, las Fuerzas Militares, instituciones con objetivos construidos hace miles de años, pero totalmente desfasados del momento actual. Por ello me alegró muchísimo la postura de una parte de la Iglesia Católica Alemana que de nuevo (remember Lutero) le dice al Vaticano que es perentorio moverse, actualizarse. Que si persiste en congelarse terminara aislada y empequeñecida. ¿Desaparecerá?

La curia alemana plantea tres cambios específicos: cambios en la teología moral, cambios en la teología sacramental y cambios en la estructura de la Iglesia. No sabría cuál de los tres es más urgente. Porque cuando hablan de cambios en la teología moral plantean la necesidad de revisar temas como familia, sexualidad, aborto, relaciones prematrimoniales, convivencia en pareja, eutanasia, asuntos que tocan muy en especial a la juventud. Estos jóvenes por lo tanto no se sienten escuchados, la Iglesia no ‘habla’ su idioma y fácil la decisión es la indiferencia. ¿Cómo dejarse guiar por quienes no han vivenciado estos asuntos? ¿Cómo creerle a ‘teóricos’ de la vida? En esta temática se incluye la necesidad de revisar el tema de las parejas del mismo sexo que deberían poder tener la bendición sacerdotal si pertenecen a la religión católica. La ciencia hace más de 20 años determinó que la homosexualidad no es una enfermedad. ¿Por qué perpetuar la estigmatización o la ignorancia? Aquí es urgente una mirada diferente.

Como también el tema de la teología sacramental, donde el asunto de la inclusión de la mujer con las mismas facultades y derechos que el hombre sacerdote, todavía les genera urticaria. Esta iglesia machista no ha podido con la valoración de la mujer como ser pensante e igual al varón. No ha podido… Como tampoco se atreve a revisar el tema del celibato. ¿En qué época ‘viven’ su doctrina y su realidad? ¿No le son suficientes la multitud de casos de pederastia? ¿No ha aprendido? A la vez, los alemanes dicen que no se debe excluir a nadie del sacramento de la Comunión puesto que quien se acerca a este, lo necesita, lo requiere y la cercanía puede alivianar su momento.

El tercer cambio, en la estructura de la Iglesia donde el poder no puede estar concentrado únicamente en arzobispos, obispos o sacerdotes. La ‘comunidad’ de fieles es ‘tan’ Iglesia como los anteriores y su mirada y aporte equilibran las decisiones, el poder y la jerarquía. Iglesia no es solo la curia. Esta apertura es vital para sentirse parte de y no simples depositarios de conclusiones donde no se ha participado. La idea de creer porque sí, sin ninguna clase de sano cuestionamiento, pertenece a la época infantil de la humanidad. Pero este despertar de conciencia plantea el sano interrogatorio donde no se quiere ser pasivo, sino activo. Es la nueva humanidad… Por ello bienvenidas las inquietudes que si no se escuchan pueden convertirse en cisma. O esperar 100 años a que la Iglesia se reconozca equivocada y realice un fallido y tardío acto de perdón…