Germán Patiño
Podría decirse que el festival alcanza su mayoría de edad y que se transforma en un evento de referencia en el continente para las músicas...
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18 de ago de 2022, 11:45 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:54 p. m.
Creo que hoy es un buen día para honrar la memoria de Germán Patiño, el intelectual comprometido que en su libro Fogones de negro, recogió la tradición culinaria de origen africano y que tuvo hace cerca de un cuarto de siglo la buena idea de organizar aquí en Cali un festival dedicado al rescate y la promoción de las músicas afro del litoral Pacífico.
El festival Petronio Álvarez, cuyas primeras ediciones tuvieron el mérito de darnos a conocer a los cantantes y a las bandas que dispersas a lo largo y ancho del mismo se mantenían fieles a las tradiciones musicales legadas por sus ancestros. Esclavos, libertos y cimarrones que vivieron y sobrevivieron en un entorno natural que tanto se asemejaba al de sus propios antepasados.
Luego, el Festival pasó por una etapa de comercialización excesiva que desdibujó ese perfil reivindicativo inicial, ganando eso sí en audiencia y resonancia mediática. Y hoy podemos decir que esta nueva edición suya, la número 26, significa el ingreso definitivo en una nueva etapa en la que la reivindicación de las tradiciones se acopla con la apertura a las manifestaciones urbanas más recientes de la cultura afro y su regionalismo se acopla con el internacionalismo.
Podría decirse que el festival alcanza su mayoría de edad y que se transforma en un evento de referencia en el continente para las músicas que, aunque tienen origen africano, es en nuestra América donde han desarrollado formas y modalidades muy originales y potentes.
Muchos coinciden en que la jornada del pasado sábado fue extraordinaria, excepcional. Y basta con repasar la nómina de agrupaciones que se presentaron para dar crédito a esta valoración. La tradición estuvo magníficamente representada por voces afrolatinas en la que brillaron como siempre las de Toto La Momposina y de Zully Murillo. Y la innovación, la creatividad, el diálogo fecundo con el rap, corrió a cargo de ChocQuibTown, aunque no solo de ellos, desde luego.
Entre los aportes internacionales destaco al vocalista afrocubano Robe L Ninho y sobre todo al conjunto Ilè Ayé, del que me ocupo de tiempo atrás en Afroarte, el seminario sobre artes afro en las Américas que imparto anualmente en la Univalle. Ellos son un colectivo de artistas que se presentan con una comparsa en el legendario Carnaval de Bahía, muy celebrado tanto por su reivindicación desafiante del legado afro como por su música, su coreografía y su vestuario.

Historiador y crítico de arte. Profesor de la Unviersidad Europea de Madrid y corresponsal de la revista ArtNexus en España. Es columnista del diario El Pais de Cali desde 1994.
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